IBAN CAMPO “Desde niño sabía que iba a ser periodista”

IBAN CAMPO “Desde niño sabía que iba a ser periodista”

En el colegio donde estudió, en San Sebastián, España, los profesores lo llamaban “periodista”, y su amorosa madre insistía con el director de la institución escolar para que convenciera a su inquieto vástago de que estudiara Derecho y no periodismo, pero Iban Campo, mantuvo una voluntad inquebrantable hasta cumplir su sueño
Cuando cumplió 14 años, el joven Campo tuvo la convicción de que, definitivamente, iba a ser periodista, cronista deportivo, porque siempre soñó con narrar los partidos de fútbol de su equipo local favorito: La Real Sociedad.
“Lo mío era el periodismo deportivo. Cuando termino el bachillerato, me aceptaron en la Universidad Navarra, en Pamplona, una de las universidades más destacadas a nivel mundial en materia periodística. Terminé mi carrera cuando duraba cinco años. Actualmente es de cuatro años. La carrera Era Ciencia de la Información. Actualmente es de cuatro, con muchas especialidades”.
En la fase final de la carrera, Iban aprovechó la pasantía de verano y comenzó a laborar, en calidad de periodista, en la radiotelevisión vasca. Para su satisfacción, fue asignado al área de redacción de deportes.
“Para mí fue muy emocionante porque me permitió cubrir los partidos de fútbol, sobre todo de mi equipo favorito, aunque también me cubrí partidos del Atlético de Bilbao. Fue un buen ejercicio. Incluso, le comenté a mi jefe inmediato que nunca había cubierto con tanta objetividad al equipo de Bilbao. El reía a carcajadas”.
Campo terminó la carrera y fue contratado como profesional de la comunicación para laborar durante el verano. Trabajó en San Sebastián, donde tuvo muchas satisfacciones en su rol de cronista deportivo. Incluso, tuvo la oportunidad de reseñar la inauguración del nuevo estadio de fútbol. “Me sentí realizado, satisfecho. Empecé a buscar empleo. Yo era socio del Club Atlético San Sebastián. Allí inició un proyecto de una revista deportiva y, adicionalmente, fue designado director de comunicación de la entidad. Era el final del año 1993.
Un giro en su vida.
“A principios de 1995 Campo recibe una llamada de una de exprofesora de periodismo, quien le comunica que en la República Dominicana hay oportunidad para laborar un año en un periódico matutino que mantenía un acuerdo con una universidad de España.
“El tipo de perfil que están solicitando es bueno para ti. No se si te interesa”, le comentó la profesora.
Inicialmente, Iban no aceptó la oferta, porque estaba empleado en ese momento, pero media hora después devolvió la llamada a la dama y le dijo: ¿”Dónde le envío el currículum?”.
“En el momento en que tomé la decisión pensé que tenía 24 años y si no hago esto ahora, cuándo lo voy a hacer. Dije: me voy un año a República Dominicana, hago mi trabajo, retorno a y hago mi carrera aquí”.
En febrero de 1995 fui seleccionado junto a otros compañeros para laborar en la redacción del Listín Diario. En julio de ese año le encargaron hacer un suplemento dominical. Al año siguiente terminó su contrato y la empresa le pidió al grupo que se quedaran.
“Yo tenía una situación muy delicada. Mi padre tenía un cáncer terminal y no iba a durar mucho tiempo, de modo que le comuniqué a la dirección del periódico que me quedaría unos meses más, pero tenía que partir. En octubre de 1996 retorné a San Sebastián. Retorné a la radio. Trabajé todo el verano y parte del otoño. Mi padre falleció”.
“Posterior, empezó a picarme la mosquita de volver a salir. Se presentaron oportunidades en Colombia y Ecuador, pero nome interesé. Y, sin esperarlo, recibí un fax que decía: El doctor Rafael Molina Morillo, director del Listín Diario, quiere hablar contigo. A él le gustaría que si está pensando en retornar, ¿por qué no retornar a República Dominicana?”.
Iban Campos retornó para establecerse definitivamente en nuestro país. Su paso por el diario dominicano terminó cuando en el año 2000 cambió de dirección y de propietario. “Me tomé un pequeño respiro. Me llamaron de varios medios y al final acepté un empleo en el periódico El Caribe, que estaba en un proceso de rediseño, a cargo de tres exprofesores mío”.
Laboré tres años en el diario, donde desempeñó funciones ejecutivas. En el 2004, después de una década de afanar en los medios, dejó el trabajo y se tomó “un respiro”. Pensó en dedicarse a la asesoría de comunicación y siguió colaborando con el diario El País, de España.
“Después de participar en una entrevista con el expresidente Leonel Fernández, junto al subdirector de El País, recibí la oferta para trabajar como director de comunicación de Funglode. Me pareció una buena oportunidad y acepté.
Cuando el tiempo lo permitía, hacía trabajos de asesoría de comunicación privada”.
En el 2011 dejo Funglode y pasó a laborar en la dirección de comunicación de la Cámara Americana de Comercio, donde trabajó cuatro años.
“Finalmente, recibí una oferta de trabajo de la reputada empresa Llorente & Cuenca, consultora internacional con presencia en América Latina, y acepté. Desde el 15 de julio del 2015 Soy el director general”.

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