Idea y voluntad pasión y riesgo

Idea y voluntad pasión y riesgo

Si algo hace promisorio el porvenir de un país es la preocupación de sus autoridades para arrimar el hombro hacia las personas capaces de generar ideas, tener la voluntad y la pasión necesarias para echarlas al vuelo y asumir los riesgos inherentes a la búsqueda del éxito. Y nos congratulamos porque en el nuestro germinan sinergias público-privadas necesarias para hacer menos áspero el trillo que deben recorrer nuestros emprendedores para coronar de éxito las chispas de sus neuronas.
Cada acción desplegada para facilitar el crédito semilla, capacitar al emprendedor, diseñar el marco jurídico necesario para proteger sus iniciativas y crear incubadoras de ideas y proyectos, es un aporte de valor inmenso para el progreso del país. Con motivo de conmemorarse el 12 de este mes el Día del Emprendedor, hemos visto que va en constante aumento el número de cerebros, mayormente de gente joven, que generan ideas factibles y las impulsan con pasión, y cómo acuden en su ayuda instituciones oficiales y privadas.
Ahora mismo, en este mundo cada vez más exigente, nuestras potencialidades de desarrollo están definidas por la capacidad de innovar y ser competitivos, y ambos factores, a su vez están atados a la dinámica emprendedora de nuestros hombres y mujeres. Apoyar al emprendedor es la mejor inversión para el progreso.

Cambios en seguridad social

La Ley 87-01, de Seguridad Social, está en la mira para modificaciones. Después de 15 años, es obvio que necesita actualización y ajustes. Es necesario mejorar cobertura, ampliar el número de servicios y procedimientos cubiertos, aumentar la cobertura económica en medicamentos, rejustar aspectos del régimen de pensiones y otras modificaciones. La idea es que la seguridad social sea más abarcadora en términos de afiliación, y cerrar brechas que facilitan la elusión y la evasión.
Pero deben ser modificaciones sensatas. Aunque los intereses creados difícilmente faciliten un consenso, es necesario que los cambios sean prudentes, que reconozcan que los prestadores de los servicios de la seguridad social afrontan costos y que merecen una rentabilidad razonable. Por lo demás, los cambios son más que necesarios.

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