Identidad cultural: transformaciones sociales y retos Conversación con el escritor Marcio Veloz Maggiolo

Identidad cultural: transformaciones sociales y retos Conversación con el escritor Marcio Veloz Maggiolo

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Marcio Veloz Maggiolo. Es escritor, antropólogo y arqueólogo. Fue reconocido con la Medalla Spinden otorgada por el Smithsonian Institute de Washington, recibió la Legión de Honor en Francia, así como el reconocimiento de la Academia de Ciencias y la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en la República Dominicana.
Pedro José Ortega (PJO): Saliendo de nuestra digresión, don Marcio, y volviendo al punto donde nos encontramos conversando sobre el tema de la identidad, la hibridez cultural, y el etnocentrismo, cree usted que ha venido aflorando con el tiempo la comprensión necesaria sobre una identidad diversa, plural.
Marcio Veloz Maggiolo (MVM): Claro, pero muy lentamente, porque la identidad se basa en las creencias. Las creencias que yo tengo son el germen de la identidad; yo me identifico con lo que me interesa y le doy un valor por encima del valor que pueda tener.
Se han escrito muchos libros que ponen esto de manifiesto, este fenómeno del etnocentrismo. [por ejemplo]: La rama dorada, de James George Frazer (1854–1941), estudia el folklor en el mundo para mostrar el predominio de Europa frente a sociedades de «menor desarrollo». Sin embargo, debemos ver el presente con optimismo, pareciera ser que nos vamos haciendo conscientes del etnocentrismo que viene a América por influencia europea.

PJO: El reconocimiento de la diversidad es signo de un ideal al que debemos aspirar para comprender mejor las diferencias que nos rodean, en contra de antiguas formas de etnocentrismo que aún imperan, y ante las nuevas que sutilmente van cobrando forma en nuestras representaciones culturales. ¿Qué podríamos decir entonces sobre la tensión entre etnocentrismo e hibridez identitaria y cultural en América Latina?
MVM: Yo diría que la característica de América Latina es que está buscando todavía una identidad unitaria que no va a encontrar, porque las identidades existentes son varias y en la medida en que nos impacta la cultura europea, y en la medida en que nos impacta la cultura norteamericana, así como la de otros territorios y naciones, como producto de los efectos de la globalización y de la transnacionalización de los mercados, estas se van fragmentando cada vez más y vamos convirtiéndonos en «carne de cañón».

En síntesis, nosotros vivimos la experiencia de identidades diversas e híbridas, y por otro lado buscamos una identidad con sentido unitario, de apariencia nacionalista, tal como la que una vez nos mostró Europa como necesaria y posible. En medio de esto, va naciendo nuestra consciencia sobre este punto.

PJO: La relación entre el Caribe hispano, anglófono y francófono, pone de manifiesto esta realidad paradójica, en la que encontramos grupos de poder que creen en un concepto de identidad, vista como una unidad cultural, política, económica (y, por qué no, espiritual), y otros que profesan el reconocimiento a la diversidad y la pluralidad. Esto nos obliga a reorientarnos en un nuevo mapa de valores y subjetividades.
MVM: Bueno, estamos sin duda ante un cambio de valores, nosotros estamos viviendo unos valores que no son ya los valores originarios. Fíjate tú que nosotros estamos hace años por integrarnos al mercado común de las islas, ellos no nos lo permiten porque nosotros somos una potencia en el Caribe y podemos absorber sus programas económicos y en parte sociales; podemos ejercer presión como lo hacen las figuras imperialistas en la región, con un mínimo de imperialismo que es negativo para ellos, y eso a simple vista parece ser comprensible, pero es mucho más complejo.

Tanto es así que muchos proyectos económicos y de promoción cultural pierden efectividad o no logran concretarse debido a la imposibilidad de llegar a acuerdos entre países caribeños, centro americanos y latinoamericanos. Escasea el diálogo entre República Dominicana y los países del Caribe anglófono y francófono. Yo he sido testigo de esto colaborando en proyectos promovidos por instituciones internacionales.

PJO: En definitiva, tomando de sus ideas, cabría decir que estamos ante un concepto en crisis.
MVM: Sí, estamos en una encrucijada. El concepto de identidad se está derrumbando. Y esto se debe a varios aspectos, considerando la relación que proponías hace un momento, entre lo espiritual, lo cultural, lo político y lo económico de nuestras sociedades.

Lo primero es que un «desarrollo espiritual» no es, propiamente dicho, «un desarrollo cultural». Lo espiritual incluye un factor básico que son las religiones y las religiones no son, desde el punto de vista de la cultura, lo más importante… y más ahora que las religiones están en crisis. Por lo tanto, yo creo que hay que buscar la identidad en la cultura de los pueblos en sentido general, y fundamentalmente en las «creencias religiosas», pero también en otros tipos de creencias, como las que orbitan en torno al folklore de los pueblos, tal como las observa la antropología social.

Estas, por ejemplo, se están deteriorando rápidamente en nuestro país, no sé en otros puntos del Caribe, pero me parece que está pasando lo mismo, y eso se debe a la visibilidad que adquieren las tecnologías hoy en día. Estamos poniendo nuestra fe en esto y descuidando las tradiciones.
PJO: Ciertamente, la influencia de las tecnologías, la inteligencia artificial y de la nueva revolución industrial conduce a una nueva manera de pensar la realidad social y humana que nos rodea, para interpretar el pasado, el presente y el futuro, en otras palabras: la historia.
MVM: Así es, el mayor problema que encontramos allí es que estas tecnologías son de apropiación y no necesariamente de producción. No quiero decir que nos quedemos en el pasado, sino, más bien, que la forma en que se está produciendo la ruptura de una cultura tradicional no es del todo positiva para nuestras sociedades.

Yo creo que esto viene a reflejar el nacimiento de un nuevo modelo de identidad. ¿Cuál será?… Yo creo que tiende más hacia la tecnología que hacia lo religioso, que tiende más hacia el predominio de la ciencia que hacia el de las manifestaciones creativas y espontaneas. La creatividad va en la dirección de la innovación tecnológica, y de la expansión y el predominio del mercado sobre otras esferas trascendentes de la vida.

A su vez, esto obliga a las personas a convertirse en especialistas y en expertos, generando entonces una serie de técnicos, de tecnólogos, de científicos y de comunicadores aislados… de personas que no tienen relación con el mundo, que tienen poco interés en los valores humanos, que carecen de una concepción que les permita juzgar adecuadamente lo que es el bien y lo que es el mal.

Esto nos deja con dudas posibles y probables en el campo de la historia, donde hay héroes que están en decadencia, donde hay una ruptura de lat heroicidad nacional y del patriotismo, donde ya parece existir poco de lo que antes cobraba valor en la educación y en las costumbres, porque otros elementos y otros valores lo han suplantado.

PJO: A mi juicio, esto nos lleva a repensar al ser humano a partir de nuevas categorías más integrales y holísticas.

MVM: Yo pienso siempre que la identidad es una ruptura de la unidad, que cuando se habla de identidad esta se restringe a un modelo humano, como si el modelo de identidad fuera lo más importante. Posiblemente, estamos ante la necesidad de una identidad con sentido unitario para establecer una serie de valores nuevos y funcionales. Pero, como hemos dicho antes, llegará un momento en que esos mismos valores experimentarán una dispersión mayor.

Y aquí estoy otra vez tratando de ir más allá de mí mismo. Se trata de valores que demandan una identidad sin cánones… abierta. Es un modelo un poco utópico, pero si uno lo piensa es porque se puede, pues lo que pensamos hoy es la posible realización futura, y esta será en el mañana cosa del pasado, y así en el mañana podría carecer de función [juego de palabras, risas…].

PJO: Don Marcio, como usted sabe, mi deseo es que el lector atento vea en esta conversación, más que una entrevista, una estrategia de trabajo que lleve a interrogar de forma crítica el contexto histórico, social y humano en que vivimos. Me pregunto entonces, finalmente, ¿cuáles serían las principales simultaneidades que usted considera que nosotros deberíamos observar hoy en día, para explicar los fenómenos de nuestro tiempo?

MVM: Yo me arriesgaría a sugerir dos tipos de simultaneidades que debemos de atender. En primer lugar, encontramos las simultaneidades biológicas relacionadas con la reproducción, la supervivencia de la vida y sus aspectos éticos. El ser humano necesita de un conjunto complejo de elementos que se acumulan y estallan en un momento, para que se produzcan las condiciones necesarias. En segundo lugar, tenemos las simultaneidades históricas. Yo parto de que la historia no es lineal, sino que es simultánea, y esa simultaneidad genera nuestras diversas maneras de pensar y de ser.

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