Iglesia católica está fomentando el odio entre haitianos y dominicanos

Iglesia católica está fomentando el odio entre haitianos y dominicanos

Frank Tejada Cabrera.

Con el Sermón de las Siete Palabras del Viernes Santo, los sacerdotes que hicieron uso de la palabra, sin querer o queriendo, fomentaron el odio entre el pueblo haitiano y el dominicano. La iglesia católica tiene que estudiar la idiosincrasia de cada uno de estos pueblos y recordar que Haití gobernó este país con manos de hierro de 1822 a 1844, cuando nos independizamos de Haití, que logró su independencia en 1804 y todavía en el 2018 no sabe gobernarse. Haití ha sido gobernado por una élite, que en unión al pueblo odian al dominicano. El que desea comprobarlo, que converse con los haitianos que trabajan en la agricultura, construcción, turismo o vendedores ambulantes en las calles y detectarán que la mayoría trabaja aquí, pero no quiere saber del dominicano.
Por disposición del gobierno se ha autorizado que los niños de origen haitiano vayan a las escuelas en el territorio nacional, sin documentos y llegan tarde para no cantar el Himno. Nunca he visto a un dominicano quemar una bandera haitiana; sin embargo, continuamente se ven videos en las redes sociales, quemando banderas dominicanas y pisoteándolas. La policía y el ejército no evitan estos actos vandálicos, porque los gobiernos dominicanos les temen a los haitianos. Después del terremoto en 2010, la avalancha de haitianos al país ha sido alarmante y nuestros ministros de Defensa se lavan las manos como Pilatos, con la frontera, sin asumir sus responsabilidades en el cumplimiento de su deber.
El 30 de marzo es una fecha recordada por el dominicano por la batalla de Santiago contra los haitianos y ese día sacerdotes, sin sentido de las fiestas patrias, como Fausto Burgos, criticó a los nacionalistas que promueven el odio, el rencor y la xenofobia, creando zozobra, intranquilidad y viendo fantasmas donde no los hay. Burgos parece que no vive en RD, porque a la provincia que vaya hay haitianos, y con esas frases lo que está es promoviendo el enfrentamiento entre los dos pueblos, porque parecería que no es dominicano. El cura Amarante sostuvo que es urgente la conversión de tantas personas aferradas a un patriotismo barato que se encarniza contra inmigrantes que, con culturas diferentes a la nuestra, merecen respeto. Parece que el cura Amarante vive en la luna, no en el país. Lo peor son curas sin principios y valores, que entran al sacerdocio buscando posición social.
La ministra de Salud debería enseñar a las haitianas a ser parteras, y así las mujeres pueden parir en Haití. Señora Guzmán, cumpla con su trabajo y así evitaría problemas futuros al país.
Invito a los obispos de la Conferencia Episcopal, a controlar a los curas que están promoviendo el odio entre los dos pueblos, porque de seguir así en la Diócesis de Santo Domingo, estarían invitando a la guerra y parece que no se han dado cuenta, que en las guerras mueren personas, sin importar que sean curas, monjas, obispos, patriotas, nacionalistas, xenófobos, racistas, etc. La iglesia católica está atizando el fuego, en busca del enfrentamiento.

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