Iglesia se pronuncia contra auge crimen, corrupción e impunidad

Iglesia se pronuncia contra auge crimen, corrupción e impunidad

La Iglesia Católica elevó su clamor a Dios el Viernes Santo para pedir por el cese de la inseguridad ciudadana, la corrupción, la impunidad y los bajos salarios en su tradicional Sermón de las Siete Palabras, en el que sacerdotes y diáconos lanzaron duras críticas a las autoridades y al sistema social imperante.
Los religiosos también mencionaron el tema del aborto, al llamar la atención a los congresistas sobre lo que significaría la aprobación de las tres causales en el Código Penal Dominicano, sin embargo, el tema más recurrido en cada intervención fue la frecuencia de los robos y los atracos en las calles.
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. El primero en vincular la criminalidad a las expresiones dichas por Jesús colgado en la Cruz fue el padre Elvin de los Santos, de la parroquia San Mauricio Mártir, de los Jardines del Norte, quien señaló que el pueblo dominicano clama desde la cruz de la inseguridad, por aquellos que no alcanzan a llegar a sus trabajos porque una bala asesina apaga su vida, su familia, hermanos y un país que se siente inseguro.

“Los encargados de velar por la seguridad de nuestro país, ¿no saben que sus hijos son también de este pueblo?, ¿qué las calles en las que salen con guardespaldas y vehículos blindados son también las calles que transitarán sus nietos? Que las balas, cuchillos, el sobre con drogas, el carro manejado por un borracho, el arma en manos del ladrón no tiene ojos? ¿No se dan cuenta que la cruz que nos han construido también les cargará a ellos?”, se preguntó el religioso.

En otro aspecto, el padre De los Santos también pidió perdón para la Iglesia, por las veces que ha sido indiferente ante el clamor del pueblo que sufre, “por las veces que no socorrimos a las víctimas y favorecimos a los victimarios, perdón Señor”, expresó.
“En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso”. El padre José Mariano Gálvez, de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, en San Isidro, manifestó que el malhechor que pidió a Jesús que lo recordara cuando empezara a reinar puso en el Señor toda su esperanza y transformó todos sus sentimientos aceptando la verdadera raíz misteriosa en la gracia del redentor que convierte y otorga poder divino, sin embargo se cuestionó sobre si se puede perdonar tan rápidamente una vida de pecado, de vicio, crímenes y bajezas repugnantes.
“No basta un poco de buena voluntad en los que construyen paraísos terrenales, a nivel político, social e incluso religioso. Esas calañas de perversidad, instintos viciados, brutalidad y fango no pueden entrar en el paraíso tan fácilmente”, expresó.
Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu madre. La tercera palabra fue comentada por el Padre Villilo de la Cruz, de la parroquia Divino Niño, Villa Duarte, quien expresó que esta muestra a María como madre y maestra de vida, como compañera de camino, modelo de generosidad y símbolo de la unidad y la santidad.
Extrapolando la frase de Jesús a la realidad, señala que hoy las madres viven la incertidumbre cuando salen los hijos, pensando si volverán con vida a la casa, por la inseguridad en que se vive.
“Porque vivimos en un país donde la sociedad se siente insegura; donde los dirigentes políticos no dan seguridad a los ciudadanos, en donde los responsables del orden y seguridad no asumen su responsabilidad a través de acciones concretas de prevención en donde la violencia es transformada en una cultura de sobrevivencia en las calles, los colegios, en el interior de nuestras familias. Pareciera que la vida humana no tiene valor. Estamos viviendo la incapacidad de perdonar y amar y eso es un verdadero infierno”, señaló.
Dijo que aunque en los destacamentos se puede leer: “Todo por la Patria” es una ironía de la vida porque los ciudadanos tienen temor a los miembros de la Policía Nacional porque desgraciadamente en la mayoría de los atracos que se realizan a aparece la sospecha o la certeza de su participación.
“Es lamentable que personas inescrupulosas y ambiciosas embarren la institución que ha sido creada para cuidar a la ciudadanía”, indicó.
En otro orden, el religioso dijo que el Estado no es dueño de la vida de nadie y el derecho a la vida es anterior a cualquier otro.
Expresó que legalizando el aborto se da carta blanca para matar y no juzgar.
“Todos aquellos que piensan en legalizar el aborto deberían sentarse en el banco de los acusados para verlos reclamando su derecho a la vida”, indicó.
“Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado…”. El grito de Jesús en la Cruz fue comentado por el padre Carlos Manuel Abreu, de la parroquia San Bartolomé Apóstol, de Bameso, quien dijo que los hechos que se registran a diario en el país hacen que los dominicanos griten igual por la corrupción generalizada en los estratos sociales, tanto públicos y privados; el aumento de los robos y la violencia; la pérdida de valores y la metalización de las conciencias.
“Las situaciones de conflicto que viven a diario las familias, las parejas, la precariedad económica y la falta de una sociedad equitativa y justa nos hace clamar: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, ¿te habrás olvidado de mí?, ¿Hasta cuándo verás mi sufrimiento y no harás nada?”, expresó, sin embargo recordó que Dios nunca abandona a su pueblo y actúa en su favor, por lo que hay que confiar en que todo saldrá bien y hay que luchar con fuerza e inteligencia para vencer los obstáculos.
“Hoy queremos vivir en verde, no solo por la esperanza de una República mejor, sino con la esperanza de que somos entes de cambio. Que nuestra vida sea verde, sea esperanzadora para los demás. Que podamos confiar unos a otros como Cristo en la Cruz se confió al Padre. Amén”, concluyó.
“Tengo Sed”. El padre Alejandro Valera, de la Parroquia San Juan de Ávila, en Villa Duarte, dijo que Jesús está sediento de que la familia sea restaurada y el pueblo tiene necesidad de ser escuchado. “Está sediento de que su clamor pueda ser respondido”, indicó.
Dijo que las familias dominicanas están sedientas de poder conseguir los recursos necesarios para sacar los suyos adelante y de tener un país digno para todos, donde no exista la indiferencia y el olvido para los que luchan por su sustento.
“Te pedimos Señor Jesús que no permitas que los fuertes se complazcan en el mal, en la injusticia y en el despotismo. No permitas que la injusticia lleve los inocentes a la desesperación y la muerte. Confírmales en la esperanza e ilumina la conciencia de aquellos que tienen autoridad en este mundo”, pidió.
“Todo se ha cumplido”. El diácono Franco Antonio Luna dijo que la antítesis de esa expresión es que nada se ha cumplido y dijo que es lo que se observa con tristeza con el estado imperante en el país.
“Se puede concluir que estamos en medio de un desorden generalizado, donde el gran perdedor es el pueblo, y que son innumerables los aspectos negativos que tenemos que señalar que indefectiblemente, nada se ha cumplido, quizás porque las autoridades se han olvidado de que ‘hace poco, el que hace mucho y no hace lo que tiene que hacer’”, señaló.
Observó que en el tema de la pobreza no se ha hecho lo suficiente porque cerca de la mitad de la población vive en la pobreza y poco menos de la tercera parte de esos, viven en la extrema pobreza.
En cuanto a la delincuencia, dijo que es poco lo que se ha hecho y es uno de los problemas más grandes que tiene el país.
De la corrupción y la impunidad, el sacerdote señaló que no se ha hecho nada y que los sospechosos de actos dolosos que son llevados a la justicia van confiados en que serán descargados “posiblemente por tráfico de influencias y por la ineficiencia del Ministerio Público”.
Dijo que tampoco se ha hecho lo suficiente en cuanto a la salud, el endeudamiento ni por la familia, que atraviesa una de las peores crisis de toda su historia.
Sobre el tema del aborto dijo que todo está orientado a que en el país no nazca tanta gente y por obtener grandes beneficios económicos con la implantación de la industria millonaria del aborto.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. El diácono Juan Durán, de la Parroquia Corpus Christi, asoció la última palabra que pronunció Jesús, colgado en el madero, a lo que vive la sociedad y la familia.
“Es tiempo de encomendarnos al Padre frente a la referida descomposición social y humana por la que estamos pasando en estos momentos en nuestro país, en donde tenemos un sistema de justicia fallido, autoridades civiles y militares que se dejan corromper por el afán de las riquezas materiales y la obsesión del poder no necesariamente para servir a la patria si no para servirse de la patria”, recalcó.
Expresó que en el actual momento parece ser que la criminalidad le ha tumbado el pulso a las autoridades y se requiere de cristianos de valor, de aceptación del compromiso para demostrar al mundo que no todo está perdido… “es tiempo de volver nuestra mirada a Dios”, dijo.

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