Imaginación y humor presiden desfile Galliano Dior

Imaginación y humor presiden desfile Galliano Dior

Lames plateados y dorados, a veces cobrizos, combinados a blancos, azules cielo y turquesas, amarillos, verdes esmeralda, fucsias y lilas completaron la inspiración del artista

PARÍS, EFE. La desbordante imaginación de John Galiano estrenó el pasado miércoles a lo grande la semana de colecciones de pret a porter de París para el otoño invierno 2004 2005 con un desfile para Christian Dior en el que reinó el humor.

Un humor necesario, a veces irónico y delirante que llevó al modisto gibraltareño a proponer a la mujer de la próxima temporada invernal que se ría, para empezar de ella misma, de sus lujos, su belleza, sus defectos y sus eventuales extravagancias y, por supuesto, también del propio Galliano.

El mundo del circo, en particular el de los payasos, inspiró muchos de los volúmenes, formas y colores al artista, quien también consultó el álbum de recuerdos del ilustrador de moda español Eduardo Benito y sus figurines publicados en la revista Vogue entre 1920 y 1930.

Resultado de esta doble dirección, la línea dará al cuerpo toda su libertad, al englobarlo dentro de grandes abrigos, chaquetas, cazadoras o americanas, a veces de dimensiones gigantescas, en especial de cuellos, solapas y botones.

En otros momentos, típicamente años 20, las curvas femeninas quedarán ocultas o apenas sugeridas tras la caída recta de leves vestidos de tirantes de organdí, organza, crepe o seda.

Entonces, retenidas por un cinturón a la altura de la cadera, las faldas podrán terminar en un volante o conjunto de volantes, ‘plisarse’ vertiginosamente o hacerse trapezoidales y enormes, en ese juego tan caro a Galliano de agrandar la parte inferior o superior de la silueta, pero raramente las dos a la vez.

La parte superior del vestido recto, con su estallido de pliegues y volantes, de noche bordados de plata, podrá ocultarse, a su vez, bajo los característicos y ocasionalmente imposibles abrigos de grandes solapas y cuellos piramidales del futuro Dior invernal.

Como en las páginas de Vogue de principios del siglo XX, la cabeza de la mujer, peinada con una especie de pequeño flequillo solido, ocupará un espacio mínimo dentro de la página.

Además de los plisados ‘cleopátricos’ de su alta costura estival, presentada el pasado enero, la paleta Galliano recuperó para abrir 2005 algunos de sus dorados y turquesas egipcios, acompañados aquí siempre de estampados pantera, leopardo o serpiente, en prendas y bolsos.

Lames plateados y dorados, a veces cobrizos, combinados a blancos, azules cielo y turquesas, amarillos, verdes esmeralda, fucsias y lilas completaron la inspiración del artista y sus, una vez más, sorprendentes propuestas.

Toda su creación siempre sobre zapatos, planos o de tacón de grandes plataformas.

Elemento principal y básico del Dior invernal 2005 será un bolso de nueva generación, algo más grande y más ancho en su base que la ya tradicional y pequeña silla de montar lanzada con éxito certero hace unos años.

El nuevo bolso se declinará en las diferentes texturas y tonalidades de los modelos que acompañe, hasta el terciopelo rojo y fucsia y pantera para los vestidos de noche de las grandes ocasiones, aunque sin variar ni su tamaño ni su forma.

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