Imbar Shaled Verdi es una jovencita israelí de l7 años, que ha presentado objeción de conciencia para no alistarse al servicio militar obligatorio de su país, por negarse a reprimir a los palestinos.
Imbar fue recibida en 2014 por el entonces presidente Barack Obama junto a un grupo de estudiantes israelíes y palestinos, y su actitud es pletórica de valor personal, porque es pasible de encerrarla en la cárcel, donde no recibirá caricias y consejos, sino la brutalidad primitiva que enmarca el proceder del Estado de Israel con quienes disienten de su política hacia los palestinos.
Refusenik es un término hebreo que traduce rebeldía, pero la acepción se interpreta con mayor claridad cuando se define en rechazo a la represión inhumana con la que el Tzáal (Ejército), reprime todo lo concerniente a los palestinos.
“El Ejército ejecuta la política ordenada por el Gobierno, que es racista, viola los derechos humanos básicos y aplica una ley a los israelíes y otra a los palestinos en su mismo territorio”, son algunos de los juicios de valor emitidos por los jóvenes israelíes opuestos a los maltratos del Tzáal contra los palestinos, añadiendo:
“No queremos tomar parte en la ocupación y la opresión del pueblo palestino”, trece palabras que podrían sustentar el inicio de una tesis concientizadora que a la vuelta de un tiempo que se aspira breve, conseguiría variar la doctrina de Endriago del Estado de Israel, saturada de aporofobia, del bardal de sus accionar contra los palestinos, que no pocos israelíes, y la comunidad internacional rechaza y condena.
Cuidemos la integridad física de Imbar y los jóvenes han cuestionado al Tzáal, la institución más valorada en Israel, en vez del respeto a los derechos humanos.