Hay dos peloteros que generan mucho interés entre los fanáticos.
Ellos son Robinson Canó y Manny Machado.
En el caso de Canó, el popular jugador de San Pedro de Macorís regresó “humilde”.
Y eso está correcto porque falló y lo suspendieron por 80 juegos.
¿Qué significa humilde? Que está dispuesto a jugar en primera, tercera, los jardines, donde sea, aunque sea un segunda base de la élite.
Canó sabe que su matrimonio con Seattle no tiene “divorcio” por ahora y al final le irá mejor.
¿Por qué? De su contrato de 240 millones de dólares, todavía hay pendientes más de US$100 millones. Seattle está obligado a ponerlo a jugar para sacarle provecho o para despertar interés en otra organización que lo quiera vía cambio.
Sobre Machado, todavía su llegada a los Dodgers no ha tenido un “impacto” tipo el que tuvo, por ejemplo, Manny Ramírez. Pero tomando en cuenta que tiene 26 años, en los Dodgers o en cualquier lugar tendrán que darle sobre los 200 millones de dólares. El muchacho tiene el potencial para hacerlo todo.
¡Y bien!
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