Cuba tiene el prestigio de producir grandes peloteros, pero siento que una camada del pasado será insuperable.
Miren estos ejemplos:
1- Adolfo Luque: Su gran temporada fue la de 1923, cuando logró registro de 27-8, con 1.93 de efectividad.
2- Dagoberto Campaneris: Hizo de la velocidad su sello de marca. Líder en bases robadas en seis temporadas.
3- José Canseco:
Bateó 462 jonrones y ganó los premios Novato del Año (1986) y Jugador Más Valioso (1988).
4- Tony Oliva: Fue campeón de bateo en tres ocasiones.
Ganó un Guante de Oro y fue escogido para seis Juegos de Estrellas.
5- Luis González: Pegó 354 jonrones.
6- Camilo Pascual: Dueño de uno de los más temibles pitcheos en curva del béisbol.
7- Mike Cuéllar: A principios de la década de los años 70 conformó un gran cuarteto con Jim Palmer, Pat Dobson y Dave McNally, todos ganadores de 20 juegos. 8- Rafael Palmeiro: De no haber estado envuelto en la llamada ‘era de los esteroides’, Cuba contaría hoy con otro jugador en el Salón de la Fama. 9- Luis Tiant: Con sus atinados envíos e incomparable windup, en cuyo movimiento miraba el cielo, giraba casi todo su cuerpo hacia el jardín central, antes de voltearse y lanzar la pelota, Tiant logró registro de 229-172, efectividad de 3.30.
10- Tony Pérez: Un distinguido miembro de la ‘Maquinaria’ de los Rojos de Cincinnati, de los años setenta y un Salón de la Fama.
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