Imposible seguir con esa presión tributaria

Imposible seguir con esa presión tributaria

La publicación “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2017” de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL), revela el comportamiento fiscal de esta región, los déficit, el endeudamiento, la presión fiscal y pone de manifiesto cómo la República Dominicana, junto a Guatemala, son los países de menor nivel de recaudación tributaria en proporción al Producto Interno Bruto.

Ese informe muestra que la presión tributaria promedio de la región en 2016 fue de 22.8% del PIB, mientras Cuba exhibe 38.6%, Argentina 32.1%, Brasil 32% y en el extremo opuesto nuestro país con 13.4% y Guatemala con 12.4% del PIB. En contraste los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) tienen una presión tributaria promedio de 34.3% del PIB.

América Latina y el Caribe han logrado paulatinamente aumentar las recaudaciones y de acuerdo al mismo estudio de 1990 a 2015 han logrado elevar la presión tributaria promedio de 15.8% del PIB al 22.8% del PIB, mientras la República Dominicana se ha mantenido entre 13 y 14% del PIB.

A pesar de ese nivel de recaudación la región presentó un déficit fiscal promedio de 3.0% del PIB y un déficit primario negativo de 0.8%, mientras nuestro país con una presión tributaria tan baja logró el pasado año un déficit del Gobierno central de 2.3%, un pequeño superávit primario y un déficit del sector público consolidado de 4.3% del PIB. Un verdadero milagro económico y aun así con ese nivel de recaudación las administraciones del PLD han sembrado el país de acueductos, la mayor densidad de autopistas y carreteras del área, escuelas, viviendas, hospitales, estancias infantiles, Metro, funicular etc. y un nivel de gasto social que es elogiado por los organismos multilaterales como el FMI.

La Ley de Presupuesto para este año contempla el 4.0% del PIB para la educación preuniversitaria, 0.3% para la superior, 3.9% intereses de la deuda pública, subsidio eléctrico 1.0% y si a eso le agregamos el 2.0% del PIB para el sector salud y 1.7% para la protección social, resulta que esos capítulos consumen el 12.9% del PIB. Apenas resta 2.0% del PIB, suponiendo que los ingresos totales estimados lleguen al 14.9% del PIB, para seguridad, Ministerio Público, justicia, ayuntamientos, gasto corriente, pensiones e inversión en infraestructura.

Lógicamente con esa baja presión tributaria, al margen de la calidad del gasto, es imposible manejar este país sin incurrir en déficit presupuestarios que se financian aumentando cada año el monto de la deuda pública y para este año las aplicaciones financieras (amortización de la deuda, disminución de cuentas por pagar y activos financieros) van a demandar un monto de RD$86,992.3 millones, que sumados a los RD$84,893.8 millones del déficit presupuestario, apunta a necesidades financieras por un monto total de RD$171,886.1 millones, equivalente al 4.8% del PIB. Más que el gasto en educación.

No es accidental que la evaluación del Directorio Ejecutivo del FMI, sobre la reciente misión al país del Articulo IV, destacan el desempeño macroeconómico, el mayor crecimiento de la región, bajísima inflación, ponderen el “compromiso de las autoridades con la disciplina fiscal”, elogien la política monetaria, la solidez y estabilidad del sistema financiero, pero son reiterativos en la necesidad del “fortalecimiento del marco fiscal de mediano plazo”, animaron a las autoridades “a tomar medidas tempranas para evitar un mayor aumento de la deuda, dada la fuerte posición cíclica de la economía. Esto requerirá contener el déficit fiscal de este año y avanzar para mejorar de manera significativa el balance fiscal en los próximos años”.

Es lamentable que el retraso en el Pacto Eléctrico haya postergado un Pacto Fiscal que incluya una reforma tributaria global acompañada de una Ley de Responsabilidad Fiscal, como contempla la Estrategia Nacional de Desarrollo. Parece que las autoridades van a concentrar sus cañones en reducir la evasión fiscal y eliminar una que otra exención. Por la preservación de este escenario de crecimiento con estabilidad y confianza de los agentes económicos esperemos que esa apuesta de las autoridades permita elevar la presión tributaria, reducir el déficit fiscal y generar un importante superávit primario.