Contundentes golpes a los traficantes de ilegales a Puerto Rico, con el desmantelamiento de cuatro grupos, la incautación de 84 embarcaciones y el apresamiento de 407 personas, incluyendo 37 extranjeros que intentaron utiliza el país como puente hacia esa isla.
El comandante general de la Armada, vicealmirante Emilio Recio Segura, ordenó un reforzamiento de todas las dotaciones de la institución en los diferentes puntos nacionales con mayor cantidad de soldados y el apoyo logístico necesario.
Las 84 embarcaciones decomisadas, más del cincuenta por ciento construidas con rusticas maderas, fueron detectadas por agentes de inteligencia Naval M-2 en las zonas Este y Nordeste, la mayoría de ellas playas, ríos y matorrales de Higüey, Miches, Sabana de la Mar, Nagua, Sánchez y Samaná.
Muchas de ellas fueron incineradas en los mismos lugares donde fueron detectadas por los militares, quienes también lograron el descubrimiento y desmantelamiento de al menos siete fábricas clandestinas de construcción de yolas.
De los viajeros ilegales arrestados, 366 son dominicanos, 33 nacionales haitianos, dos norteamericanos, un italiano y un brasileño que intentaron utilizar a República dominicana como puente, para intentar llegar ilegalmente a Puerto Rico.
Los intentos de salida de embarcaciones hacia Puerto Rico con los ilegales, se han incrementado considerablemente en los últimos meses, luego de que los traficantes de indocumentados pusieran a circular la versión sobre la necesidad urgente de mano de obra en la isla.
De los 366 criollos detenidos, 20 son capitanes y cabecillas de las bandas de traficantes, la mayoría de los cuales se encuentran cumpliendo medidas de coerción y cárceles en diferentes recintos nacionales, la mayoría de ellos en la Zona Este del país.
De acuerdo a versiones ofrecidas por los propios viajeros a los agentes de inteligencia por cada persona, los organizadores de las frustradas travesías, cobran entre 60, 80 y hasta l00 mil pesos, cuando se trata de ciudadanos extranjeros.
Muchos de los criollos, según sus propios testimonios, llegan a tomar dinero prestado para el pago de los viajeros, dinero que pierden, al no poder lograr su sueño de llegar clandestinamente a Puerto Rico en frágiles embarcaciones atrapadas por la Armada Dominicana.