Se multiplican por innúmeras veces la cantidad de niños, niñas y adolescentes que sufren muerte de su ser interior por la violencia, el maltrato y las vejaciones de sus propias familias, y la mirada indiferente de la sociedad y del Estado.
Alarmada por las estadísticas que ofreció a este diario el Instituto Nacional de Patología Dr. Sergio Sarita Valdez, en cuanto a que en 16 meses han muerto a causa de la violencia y de manera accidental 98 niños, con edades desde un día hasta 11 años, del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo, la sicóloga clínica y terapeuta familiar Martha Rodríguez de Báez afirma que en el país hay muchos niños y adolescentes que son muertos vivos.
“Esos niños sufren de muerte ontológica, esa muerte del ser, al niño se le mata cada vez que se le maltrata y esa es la peor muerte”, manifestó la profesional de la conducta, quien es parte del equipo coordinador del Centro de Investigación y Ciencia de la Familia de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD).
Dice que son más los niños que sobreviven ontológicamente y expresa que tanto esos niños que sufren en carne propia el maltrato como las cifras que presentan las autoridades de muertes de los niños por violencia física, sicológica, por descuido, por homicidio, etc., son indicadores que deben llamar a la atención para que no se continúe indiferente.
Sociedad debe movilizarse. Considera que toda la sociedad debe moverse para proteger a los niños y garantizar una generación sana con nuevos cuidados y modelos de padres sanos que cuiden integralmente a los menores.
También plantea que el Estado desarrolle más política de protección, detección y atención de los abusos y maltratos hacia los niños, niñas y adolescentes.
Exhorta a que se active la red con la articulación de todos los organismos gubernamentales y ONG para coordinar acciones que den respuestas desde el Estado a la situación que afecta a esa vulnerable población.
Dice estar de acuerdo con la ministra de Salud Pública en el sentido de que se debe continuar con la formación y especialización de los profesionales que trabajan con la conducta de las personas.
Cree que es de preocupación la alta incidencia de muertes de NNA a causa de la violencia intrafamiliar.
Para la experta en terapia de pareja el maltrato, abuso y violencia hacia los NNA es una respuesta gestada por la sociedad por el proceso de involución de sus valores morales, sociales y religiosos, así como por la presencia de patrones familiares y de crianza disfuncionales y la pérdida del respeto evidente por la vida.
Las estadísticas muestran la incidencia de conductas cada vez más destructivas primarias y primitivas, de intolerancia frente a situaciones de conflictos y frustraciones que viven los seres humanos en su vida cotidiana.
“Hay una pérdida evidente de los límites frente a las personas que son vulnerables como son los niños y una falta de reconocimiento de habilidades para manejar el enojo cuando tenemos algún tipo de situación para evitar que los niños puedan ser receptores de esa frustración.