El peso mexicano parece preparado para más dolores a medida que se acerca la elección presidencial del país, de acuerdo con un indicador técnico.

La línea de tendencia DVAN del peso, un análisis de divergencia que mide la presión de compra o venta, se sitúa en la racha vendedora más larga desde la elección de Donald Trump.
Mientras más grande es la brecha entre el límite de la divisa, una medida que refleja volatilidad, y la línea de tendencia, más fuerte es la presión negativa.
La señal puede apuntar a más volatilidad y potencial bajista.
La moneda ya está cerca de los niveles más débiles desde la toma de posesión de Trump en enero de 2017 ante el temor de los inversionistas de que el candidato que lidera las encuestas presidenciales, Andrés Manuel López Obrador, represente un peligro para la posición fiscal del país.
Tiene una ventaja de 26 puntos porcentuales sobre el segundo lugar Ricardo Anaya en el Barómetro Electoral Bloomberg, y los analistas ven pocas posibilidades de que uno de sus competidores lo alcance antes de las elecciones.
Su alza en las encuestas ha causado que el peso se debilite 12 por ciento desde fines de marzo, lo que convierte al peso en la divisa de importancia con el peor desempeño seguida por Bloomberg.
Las elecciones federales de México de 2018, se llevarán a cabo el domingo 1 de julio del mismo año. Estas serán organizadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) y en ellas se renovarán los cargos: Presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados federales.