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Medir el nivel de la actividad económica siempre es un reto. Sobre cómo hacerlo y la confiabilidad de los resultados, siempre se generan muchas discusiones. El indicador más conocido y usado para medir una economía es el Producto Interno Bruto (PIB), el cual en el caso de la República Dominicana se publica trimestral y anualmente. Sin embargo, existen otros indicadores mensuales menos conocidos y quizás menos rigurosos o completos, que por sus características pueden permitir tener una idea del acontecer económico más oportunamente, y apoyar en cierta medida las decisiones de inversión.
En ese sentido, mostraremos los resultados de los indicadores IMAE e IMAM. Así como también algunos datos del sector tributario que pueden completar el panorama que enseñan los anteriores, tales como: las ventas reportadas en las declaraciones del ITBIS, las importaciones y el recaudo del Impuesto sobre Cheques y Transferencias Bancarias.
El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) es elaborado y publicado por el Banco Central de RD. Este indicador, como su nombre lo indica, sirve para monitorizar el comportamiento de la economía mes a mes. Se elabora con base en las variables de Cuentas Nacionales que se usan para la construcción del PIB, por lo que para su estimación se toman datos cuantitativos y cualitativos o subjetivos con fines de abarcar toda la economía.
El segundo índice que veremos es construido por la Asociación de Industrias de la RD (AIRD) en representación del sector Manufacturero y que es conocido como Índice Mensual de Actividad Manufacturera (IMAM).
El IMAM está basado en el Índice de los Gerentes de Compras (Purchasing Manager Index – PMI) y es un indicador que se elaboradesde el sector privado, con base en datos cualitativos (encuestas), mostrando la dirección de cinco variables: ventas, producción, empleo, plazo de entrega de los pedidos e inventario de materias primas.
Los datos disponibles a la fecha sobre este índice corresponden a junio 2015 hasta febrero 2017.
Ambos indicadores son usados en diversos países con los mismos fines, dado que muestran una perspectiva de corto plazo para dar seguimiento al desempeño económico. El primero medido por el sector oficial y el segundo por el empresarial.
En el caso del IMAE, lo utilizan la mayoría de los países de Centroamérica, Chile, Perú, entre otros. Mientras que el equivalente internacional al IMAM inició calculándose para Estados Unidos, y en la actualidad se presenta en la mayoría de los países.
No obstante, el sector público adicionalmente cuenta con otros datos que reflejan el desempeño de la actividad económica. Por un lado, se encuentran las ventas que se declaran para los fines del pago de ITBIS que, al margen de su sesgo natural por el efecto de la evasión, ofrecen desde la tributación, una herramienta importante para conocer cómo van los sectores formales de la economía y por ende su dinamismo.
Por el otro, se encuentran los ingresos recaudados por concepto del Impuesto sobre Cheques y Transferencias Bancarias, que pueden ofrecer una idea de cómo anda la actividad formal de la economía. Como su nombre lo indica, este impuesto grava todas las transferencias bancarias y emisión de cheques con una tasa del 0.15% (1.5 por mil), por lo que su evolución muestra el movimiento de dinero en la economía formal en un periodo determinado, permitiendo una aproximación del comportamiento económico. Es obvio que este dato tiene las limitaciones de reflejar la actividad de empresas y personas bancarizadas.
Finalmente, están las importaciones, que representan alrededor del 30% del PIB de la economía dominicana, por lo que conocer su evolución proporciona una idea de la actividad del país y ofrece una tendencia interesante del consumo. Este dato, se puede obtener de la Dirección General de Aduanas.
De lo que se trata es ver la evolución de estos indicadores durante 2016 respecto a 2015 y mostrar si en conjunto permiten estimar, con cierto grado de certeza, cómo va la economía.
Debido a que los indicadores presentados pretenden, desde distintos puntos de partida, evaluar la evolución de la economía en el muy corto plazo, es interesante compararlos y observar el vínculo entre sus resultados.
En este sentido, al graficar de manera conjunta la tasa interanual de crecimiento en 2016 del IMAE y de las ventas totales reportadas por todos los contribuyentes del ITBIS, se observa que los incrementos de estas variables presentan una misma tendencia, a excepción de los últimos dos meses del año.
En este caso, ambas muestran que en el 2016 la economía creció, aunque sus tasas de crecimiento promedio mensual difieren de forma importante. Mientras el IMAE creció mensualmente en promedio un 6.6%, las ventas totales y del comercio lo hicieron en 2.5% y 3.7 por ciento, respectivamente. Es decir, que de acuerdo con el IMAE se observa un mayor dinamismo que si se mira el comportamiento de las ventas según las declaraciones impositivas.
Sin embargo, más que el número como tal, interesa más la tendencia, porque a diferencia del IMAE, en las ventas de ITBIS no se puede observar la totalidad de la actividad económica, por no estar sujeta a ese impuesto, ni recoger la actitvidad informal.
Haciendo el mismo ejercicio esta vez comparandolos crecimientos mensuales interanuales del IMAE con los ingresos por el Impuesto sobre Cheques y Transferencias Bancarias, se llega a la misma conclusión: tienen la misma tendencia positiva.
Es interesante el hecho de que estas comparaciones muestren bastante grado de relación y se muevan con igual tendencia en una economía con un alto nivel de informalidad, cuando el IMAE toma en cuenta los sectores formales e informales, mientras las variables relacionadas con impuestos solo representan los sectores formales.
Por otro lado, al analizar la relación de los incrementos interanuales de las ventas totales, las importaciones totales y el IMAM (de junio a diciembre de 2016), se observa que en la mayoría de los meses, las variaciones tienen la misma tendencia. Y en el caso específico del IMAM y las importaciones, la dirección de su variación es la misma en los siete meses bajo análisis.
De estas comparaciones, se puede concluir que los indicadores alternativos que hemos utilizado para medir el desempeño de la economía muestran una relación importante con el IMAE, índice oficial que se relaciona de manera directa con el PIB.
Por lo tanto, dar seguimiento a la evolución de variables que provienen de la tributación y también del sector privado como es el IMAM, puede arrojar una idea aproximada de la evolución de la economía.
Todas las variables e indicadores tomados coinciden en que se mantuvo la tendencia del crecimiento en 2016 respecto al 2015, aunque difieren en la cuantía.
En definitiva, estos indicadores no reflejan el resultado preciso de la actividad económica, pero ayudan a identificar su tendencia. No obstante, hay que tener presente que son indicadores que no han sido estructurados para medir de manera directa la actividad económica, por lo que se hace necesario un análisis conjunto de éstos, para tener una idea temprana de cómo va la economía.