La legalización del uso recreativo de la marihuana en algunos estados abrió las puertas a todo tipo de comercio relacionado, desde servicios de comidas hasta paquetes de vacaciones. Era inevitable que las bodas, que se cuentan entre las compras más grandes que hace un adulto en su vida, hallaran la forma de incorporar la marihuana en ceremonias, recepciones y fiestas.
Los especialistas han lanzado negocios enteros destinados a cubrir esa nueva demanda de marihuana para bodas.
En Colorado, Estados Unidos, donde la marihuana recreativa se vende legalmente desde 2014, Bec Koop opera Irie Wedding & Events contribuyó a la fundación de la Cannabis Wedding Expo, un evento donde novias y novios pueden contactarse con vendedores de marihuana.
Koop ofrece una serie de servicios de bodas: coordinación, planificación general, arreglos florales, bares abiertos de cannabis. Ofrece además servicios de consultoría para aquellos centros que proyecten eventos con cannabis incluida.
Antes de la legalización de la marihuana, Koop trabajaba en el sector de servicios de hotelería, que incluía servicios convencionales de catering y arreglos florales.
Ahora su oferta comprende desde el plan O.G. Kush de 3 mil dólares con servicio completo –todo, desde la coordinación del día de la boda hasta reservas con los proveedores-, hasta un plan de escapada de 420 dólares en el cual Irie contacta al oficiante, reserva un fotógrafo y hace las reservas para la cena de la pareja.
Un coordinador de boda con experiencia en marihuana cobra entre 50 y 100 dólares por hora por su ayuda en el evento.
Koop organizó cinco bodas en su primer año de actividad y luego alrededor del doble en el segundo año. Ahora estima que tendrá reservas para casi 24 bodas para fines de 2017. “Hay gente que ya nos está contactando para 2020”, dice. “Tienen fama de perezosos, pero la verdad es que son muy previsores”.
Los primeros días de la marihuana legal fueron difíciles, dice Koop, ya que sólo el 10 por ciento de los centros de eventos consideraban la posibilidad de realizar bodas relacionadas con cannabis. Ahora dice que casi un tercio lo hace, y habitualmente llaman a Koop para que los ubique en su lista preferencial.
Servir marihuana en una recepción de boda no difiere mucho de ofrecer bebidas alcohólicas. “En realidad es más barata que el licor”, dice Adrian Sedlin, máximo responsable de Canndescent, una firma productora de California que ofrece bares de marihuana para bodas. “En cuanto a diversión, la marihuana rinde mucho más que el alcohol”.
Para una boda con 100 invitados, Cultivating Spirits ofrece un bar de cannabis por 300 dólares por un mínimo de dos horas, con 100 dólares adicionales por cada hora más. Un bar típico comprendería cigarrillos ya armados, vaporizadores y pipas de vidrio. Algunas parejas optan por agregar cócteles y bocadillos de cannabis.