INGMAR BERGMAN: CRISIS DE FE PARA UN CINE EXISTENCIAL EN EL CORAZÓN DEL LUTERANISMO

INGMAR BERGMAN: CRISIS DE FE PARA UN CINE EXISTENCIAL EN EL CORAZÓN DEL LUTERANISMO

La fe es un tormento ¿Lo sabías?… Es como amar a alguien que está ahí fuera, en la oscuridad, pero nunca aparece, no importa lo fuerte que lo llames»… Antonius Block. Personaje de El Séptimo Sello, interpretado por Max Von Sydow…

1 / ENTRE CARL DREYER, SOREN KIERKEGAARD Y ERIK BERGMAN.
La diferencia de tiempo para el apogeo y extensión de la religión luterana en la Europa del Norte (Dinamarca, Noruega y Suecia en especial) fue una década. La fundación en Suecia de esta iglesia fue en 1527 y en Noruega en 1537. Dinamarca rompería también con la Iglesia Católica Apostólica Romana. Consignados estos datos vale la pena destacar que en el siglo 19 existió un filósofo danés llamado Sören Kierkegaard
El tema del existencialismo religioso tiene fuertes raíces en Escandinavia y en el cine mudo como en el silente, especialmente en el último, hay un precursor danés llamado Carl Theodore Dreyer 1889 – 1968…
Dreyer fue un caso muy especial, trabajando desde 1910 hasta finales de la década del 60 del siglo XX, optó por hacer una filmografía cualitativa, depurada, tormentosa, antes que dedicarse en más de 50 años de carrera a filmar cantidad. Quien que haya seguido su obra no recordará sin recogimiento y emoción títulos como La Pasión de Juana de Arco (1928).
Días de Iras (Dies Irae, 1943 ) y La Palabra (Ordet, 1955)… Dreyer tiene un largo historial, casi olvidado, como documentalista, labor que ejerció mientras conseguía productores para sus películas.
Sin embargo, lo que interesa es la relación extraña de Dreyer con Ingmar Bergman, los dos castigados por padres severos luteranos, en el caso de Dreyer padres adoptivos, de quienes renegó desde que pudo.
En el tiempo los dos cineastas escandinavos se cruzan, como se verá a continuación : en 1955 Carl Theodor Dreyer realiza un filme titulado Ordet (La palabra) y dos años más tarde Ingmar Bergman realiza su famoso Séptimo Sello (1957), cinta eje de todo su cine de reflexión religiosa que no deja de fluctuar entre la teología luterana, sus dogmas y la filosofía Kierkegaard…
Ordet es una cinta mística, recargada de las obsesiones estéticas del director Dreyer pero, al mismo tiempo, aquí hará luego el puente con el Séptimo Sello de Bergman, es un relato sobrecogedor sobre las ortodoxias de la fe y las obsesiones religiosas de un pastor de iglesia rural y sus temores; hecho que tampoco es ajeno a la historia paterna de Ingmar Bergman, cuyo padre también era pastor de la iglesia luterana, Erik Bergman -1886-1970-
Como se observa, si vamos a buscar en la filmografía de Bergman motivos e ideas intelectuales para su discurso, habría que hacer una gran mezcla filosófica que no excluiría a Martin Heidegger, Soren Kierkegaard, León Tolstoi, Honorato de Balzac, Fiódor Dostoyevski , entre otros.
En su progresión, que es una cura interior que intenta filmar el alma, Bergman reconstruye su propia historia personal que sabe repartir a la universalidad depositando en los guiones de autoría, un dosis de humanidad estampada de inquietudes comunes al ser viviente: miedo, incertidumbre con un poco de azar.
Así las cosas, afirmar que una parte de la obra de Ingmar Bergman es legataria de la tradición del cine religioso de Escandinavia y en especial de la obra de Carl Theodor Dreyer, no sería gran descubrimiento, sin olvidar que en aquella región del mundo aquel cine nació con el cine mudo, es decir en 1894.
2 / ERIK BERGMAN. EL SEVERO PASTOR A CUYA DUREZA DEBEMOS UN GENIO DE LA DRAMATURGIA Y EL CINE: INGMAR BERGMAN.
Erik Bergman. Pastor. Impasible, autoritario. De pastor llega a capellán luterano del hospital real de Estocolmo. Obtiene la capellanía real.
Vistas sus películas en contexto, sin pretender acceder a otras competencias de orden médico sicológicas ,todo parece indicar que entre su infancia y adolescencia Ingmar Bergman vivió experiencias negativas profundas, tanto con su madre como con su padre, en particular.
Que esas controversias tenían que ver con el canon moral religioso de un padre, oficiante religioso con rango de la iglesia luterana del Pueblo, como eran llamadas esas iglesias en Suecia, Noruega y Dinamarca, porque desde su vetusta fundación eran sostenidas por el Estado.
Para don Erik Bergman, padre del director, el camino a Dios, dando por cierto y válido la culpa, el pecado y la condenación, tenía la expiación como ruta hacia Dios. El hijo desarrolla en sus películas religiosas otras propuestas para esa misma ruta: la subjetividad del individuo, bajo de su absoluta libertad y responsabiliad.
En otras palabras, para ser concreto: el director Ingmar Bergman busca en el cine un alto remedio a su propia angustia existencial. El cine se le convierte en un canalizador de conflictos y en este caso: nunca se había visto un acto confesional tan masivo, al que todos como espectadores y espectadoras, están llamados a una participación colectiva.
Se asiste a la búsqueda de un remedio del alma y su pasado y una persona nos convoca valiéndose de su talento y sus juegos estructurales de ideas y planteamientos, con artilugios estéticos brillantes.
La puesta en escena Bermaniana entonces se convierte en un recuento de su mente pasada y presente, porque el tema del sexo y la culpabilidad de la mentira en los matrimonios, entre otras escenas, son un calco de su propia historia, por eso confiesa que ver sus propias películas le produce náuseas inminentes, amargas.

Como en Dreyer, los personajes de Bergman están cargados de culpa y dudas destinistas, la reconciliación con su padre, que murió en 1970, nunca fue efectiva, a última hora, fue más representativa que honda…
Aquel padre rígido que en púlpito luterano perdía todos sus achaques y el aire taciturno, produjo un hijo rebelde en la fe que comunicó al mundo al igual que Kierkegaad, autor de la Culpa Existencial y otros panfletos contra la Iglesia Luterana danesa, sus rechazos y dudas sobre esa misma fe.

3 / ETAPAS DEL CINE DE BERGMAN Y EL CINE SIMBÓLICO: EL EPÍTOME DEL SÉPTIMO SELLO.

Charles Moeller y Jordi Puigdomenech, han estudiado la obra de Ingmar Bergman y han hecho un esquema de 5 etapas de todas Las películas del director sueco desde Ópera prima en 1945 hasta el periodo 1981-2007.

Según ese esquema :

1.1 1ª FASE (1945-1948): OBRAS DE JUVENTUD.
Crisis (Kris, 1945).
Llueve sobre nuestro amor (Det regnar pä vär
kärlek, 1946).
Barco hacia la India (Skepp till Indialand, 1947).
Música en la oscuridad (Musik i mörker, 1947).
Ciudad portuaria (Hamnstad, 1948).
1.2 2ª FASE (1948-1955): OBRAS DE CONTENIDO
PSICOLÓGICO.
Prisión (Fängelse, 1948).
La sed (Törst, 1949).
Hacia la alegría (Till glädje, 1949).
Juegos de verano (Sommarlek, 1950).
Tres mujeres (Kvinnors väntan, 1952).
Un verano con Mónica (Sommaren med Monika,
1952).
Noche de circo (Gycklarnas afton, 1953).
Una lección de amor (En lektion i kärlek, 1953).
Sueños (Kvinnodröm, 1954).
La fase que es de interés en este texto es la tercera,
porque en ella están las películas que abordan con
mayor dedicación la temática de la fe, el vacío
existencial y la nada y el principal modelo es El
Séptimo Sello (1957).
1.3 3ª FASE (1956-1963): OBRAS DE CONTENIDO
SIMBÓLICO.
El Séptimo Sello (Det sjunde inseglet, 1957).
Fresas salvajes (Smultronstället, 1957).
En el umbral de la vida (Nära livet, 1957).
El rostro (Ansiktet, 1958).
El manantial de la doncella (Jungfrukällan, 1959).
El ojo del diablo (Djävulens Öga, 1960).
Como en un espejo (Sasom i en spegel, 1960).
Los comulgantes (Nattvardsgästerna, 1963).
El silencio (Tystnaden, 1963).

Hay demasiadas películas a escoger y muy poco espacio par argumentar.
A mi modo de ver, en ese grupo dos son fundamentales: Los comulgantes, conocida también con el título de Luz de Invierno, que es su título original en el idioma sueco (Nattvardsgästern 1961-1962 ) y El Séptimo Sello (1957).
Si bien la primera película pertenece a una trilogía conocida como «La trilogía del silencio», en El Séptimo Sello (1957) Antonius Block, Max Von Sydow, viene de las cruzadas y tiene sueños mezclados con la realidad sobre la nada y la muerte o el abandono de Dios. El planteamiento es filosófico desarrollado en un medio rural. El director aprovecha entre reflexión y reflexión para recordar la brutalidad de la colonización cristiana contra la cultura pagana sueca. Inspirado en el fresco de una iglesia en las afueras de Estocolmo, el tema emblemático de esta película, la muerte jugando ajedrez con sus amenazados, el filme describe con agudeza el tema de la temporalidad, lo finito de lo humano y la muerte. (El nombre del autor del fresco es Alberto Pictor, del siglo XV).

En Luz de Invierno/Los Comulgantes (1963) La historia se desarrolla en la parroquia de Thomas (interpretado por Gunnar Björnstrand) un pastor descreído que promueve la fe sin tenerla y quien en su desconsuelo a una pareja en apuros le exclama: «Llevamos una vida normal, sencilla y noticias espantosas alteran nuestra paz.
Nos abruma el sentido de las cosas y Dios siempre distante.
Luz de Invierno/Los Comulgantes, es despiadada en materia de relatar la orfandad divina asumida por un oficiante tan desgarrado en su fe como la pareja que le pide orientación. Una cinta teológica narrada con brillante maestría y poesía visual, con un blanco y negro condicionador y creador de atmósferas.

Punto en común con El Séptimo Sello: las dos son descarnadas y brutales en sus planteamientos, en esta la soledad del ser y la muerte es profunda, en la otra el desconsuelo extremo por la ausencia de Dios y la ausencia de fe.

El cine de Ingmar Bergman, al margen de su especificidad escandinava, por religión, clase social y costumbre de sociedad, logra la universalidad acudiendo a la metafísica universal de la esencia humana y sus derivas.

Los 100 años de Ingmar Bergman sirven para volver a mirar y gozar lo mejor de su filmografía, se entenderá entonces por qué será siempre un director de culto y por qué también, se comprueba una vez más, Woody Allen le debe a Bergman, en el tiempo, mucho más de lo que se pudiera imaginar. (CFE)

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