POR CARMEN HEREDIA DE GUERRERO
El día 27 de marzo fue declarado en 1980 por el presidente Antonio Guzmán, como Día del Teatro Dominicano, en reconocimiento a los trabajadores de la escena, actores, actrices y dramaturgos, que han dedicado sus vidas a la representación teatral.
Franklin Domínguez instituye en 1996 el Marzo Teatral, actividad que viene celebrándose hasta la fecha con gran éxito. Dedicamos el siguiente trabajo a nuestros artistas y a los estudiantes de teatro, futuros actores y actrices dominicanos.
BREVE CRONOLOGÍA DEL TEATRO DOMINICANO
Desde los inicios de nuestra historia aparecen manifestaciones artísticas escenificadas, como fueron los areítos, mitotes y taquis, de nuestros aborígenes. Pero la primera representación teatral en nuestro país, desde la perspectiva griega, tiene lugar en la Catedral de Santo Domingo el 23 de junio de 1588 en ocasión de las festividades de Corpus Christi, cuando los estudiantes del Colegio Universidad de Gorjón llevan a escena el Entremés de Cristóbal de Llerena De Rueda. El Entremés se sitúa en la defensa de los aborígenes al censurar la violencia de las autoridades de la Colonia, que provocó la ira de los oidores y la expulsión de la isla del propio Llerena. El Entremés recoge el latido débil del arte moribundo de nuestros primeros pobladores.
Durante los siglos XVII y XVIII la actividad teatral en la Colonia no fue significativa. Surge un teatro religioso apegado a lo litúrgico y un teatro profano, basado en costumbres, con cantos, bailes y mascaradas de poco contenido dramático.
En la primera mitad del siglo XIX aparece el llamado teatro de Los Trinitarios, eminentemente político. Las obras de Alfieri y Martínez De la Rosa. Roma Libre y La Viuda de Padilla, son las escogidas por los Trinitarios, junto a la de Eugenio de Ochoa: Un día del año 1823 en Cádiz. Estas obras describen escenas similares al drama que vivía el pueblo dominicano bajo la dominación haitiana.
Proclamada la Independencia, aparecen los primeros textos para teatro: El General Duvergé o Las víctimas del 11 de abril, de Félix María Del Monte. Está considerada como la primera obra dominicana. Más adelante, Javier Angulo Guridi escribe: Cachorros y Manigüeros, juguete cómico alusivo a la guerra de la Restauración. De nuevo el motivo político está presente.
Francisco Gregorio Billini presenta en 1882 su drama romántico Flor del Ozama. Rafael Alfredo Deligne en 1894 escenifica su obra en versos, La Justicia y el Azar. Se inicia con esta obra la crítica teatral en el país, asumida por Rafael Abreu Licairac. Con la obra de Tulio Manuel Cestero, La Enemiga, el teatro dominicano inicia el camino al modernismo.
Para principios del siglo XX las obras presentan rasgos de denuncia social. Lesbia, de Vetillo Arredondo, se inscribe en esta tendencia. Pedro Henríquez Ureña muestra dominio de la técnica teatral con El nacimiento de Dionisios. El costumbrismo y el indigenismo aparecen paralelamente en el teatro dominicano. La obra costumbrista más representativa es Alma Criolla, de Rafael Damirón, y La Criolla, de Mélida Delgado Pantaleón, cercana al folclore.
En 19l5 aparece el grupo teatral de José Narciso Solá, que escenifica obras del propio creador. En los primeros años de la Era de Trujillo la actividad teatral se ve disminuida. Aparece el grupo de teatro del Instituto de Señoritas Salomé Ureña. En 1944 Delia Weber publica su obra, Los Viajeros.
GRUPOS Y ESCUELAS
En 1946 se crea el Teatro Escuela de Arte Nacional, compañía y escuela oficial, dirigida por Emilio Aparicio, español republicano exiliado en el país. La primera obra presentada por este grupo fue Prohibido suicidarse en Primavera, de Alejandro Casona, el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia. La creación de este Teatro Escuela ha sido determinante para el teatro dominicano, saliendo de él la mayoría de las grandes figuras de nuestro teatro, muchas de las cuales mantienen vigencia hasta el día de hoy. Otro director de este grupo oficial y el de mayor permanencia lo fue Luis González Chamorro.
En 1952 se funda el Cuadro Experimental de Comedias María Martínez, bajo la dirección de Rafael Montás. De su seno surge el Club de Actores, dirigido por Santiago Lamela Geler. El aporte de estos grupos ha sido decisivo para el desarrollo de nuestro teatro. A este período pertenecen nuestros principales dramaturgos: Manuel Rueda, Franklin Domínguez, Máximo Avilés Blonda y Héctor Incháustegui, y sus respectivas obras, La Trinitaria Blanca, Espigas Maduras, Las Manos Vacías y la trilogía, Prometeo, Filoctetes e Hipólito, son clásicos del teatro dominicano.
Para este tiempo surgen los principales actores y actrices que han dominado la escena dominicana por muchos años, algunos aún vigentes: Antonia Blanco Montes, Carmen Rull, Jesús Lizán, Julio Aníbal Sánchez, Freddy Nanita, Niní Germán, Rafael Vásquez, Armando Hoepelman, Ina Moreau, Monina Solá, Lucía Castillo, Zulema Atala, Salvador Pérez Martínez, Oscar Iglesias, José Antonio Estévez, Lamela Geler, Iván García, Rubén Echavarría, Danilo Taveras, Mario Heredia, Rafael Villalona, José Casanova, Rafael Gil, Miguel Alfonseca, Servio Uribe, Josefina Gallart, Ana Hilda García, Nubia Ulloa, Esperanza Álvarez, Flor de Bethania Abreu, Camilo Carrau, Aurea Juliao, Pepito Guerra, Margarita Baquero, Víctor Vidal, María Cristina Camilo y Maricusa Ornes.
Más adelante aparecen nuevos dramaturgos, directores, actores y actrices que dimensionan la escena: Marcio Veloz Maggiolo, Giovanni Cruz, Reynaldo Disla, Carlos Esteban Deive, Manuel Chapuseaux, Efraín Castillo, Añez Bergés, Arturo Rodríguez Fernández, Radhamés Polanco y Chiqui Vicioso. Directores y artistas como María Castillo, Bienvenido Miranda, Ángel Haché, Federico Pellerano, Félix Germán, Arturo López, Germana Quintana, Ángela Herrera, Lillyanna Díaz, Carlota Carretero, Lidia Ariza, Karina Noble, Elvira Taveras, Amarilis Rodríguez, Nives Santana, Niurka Mota, Basilio Nova, Juan María Almonte, Víctor Pinales, Osvaldo Añez, Yamilé Scheker, Edilí, Enrique Chao, César Olmos, Víctor Checo, Olga Bucarelly, Aidita Selman, Leonardo Grassals y Carlos Espinal.
Nuevos talentos aparecen en nuestra escena: Karina Guerra, María Bosch, Wady Jáquez, Laurine Ferrand, Henry Mercedes, Laura Guzmán, Indhira Mejía y Orestes Amador.
En reconocimiento a los artistas que han hecho del teatro una realidad en nuestro país, inauguramos en el año 2001, la Galería del Teatro Dominicano, en el Teatro Nacional.