Injusticia social en alto contraste

Injusticia social en alto contraste

En la provincia La Altagracia, el contraste entre la riqueza y la pobreza se expresa de manera abrupta, como si el todo y la nada colindaran sin tener de por medio una transición atenuante. La enorme riqueza representada por la fuerte inversión hecha para explotar el atractivo turístico de la zona, tiene como vecina una desbordante acumulación de carencias. El 85% de la población no tiene acceso al agua potable ni a los servicios sanitarios más elementales, mientras que el índice de escolaridad está por los suelos y un alto porcentaje de familias no tiene casa propia. Y el brusco contraste se agrava en la medida en que la arrabalización se traga el entorno de los grandes y atractivos proyectos turísticos.

En el Mapa de Pobreza de la República Dominicana, a la provincia La Altagracia le ha correspondido exhibir el contraste más severo entre el progreso y la extrema pobreza. Y menos mal que el Gobierno ha puesto de manifiesto que una de sus metas prioritarias para el presente año es profundizar la lucha contra la pobreza, lo que supone, según entendemos, atenuar los desbalances y exclusiones entre las capas sociales. Un desarrollo turístico como el de La Altagracia merecería un enfoque de la inversión para diversificar las fuentes de trabajo y producción, de modo que las áreas marginadas puedan también manosear parte de la bonanza vecina. Atenuar ese contraste debe ser consigna y prioridad.

REMINISCENCIA TRUCULENTA

La tortura como método de investigación, aunque sea reminiscencia de un pasado truculento, tiene todavía adeptos entre los policías. Y si todavía se producen casos como el del joven Pedro Ulloa, que fue torturado con choques de electricidad y golpeado en un cuartel policial de La Vega, queda en evidencia que han sido poco convincentes los esfuerzos de la superioridad para erradicar la brutalidad como método para arrancar confesiones.

El caso particular del joven vegano debe motivar una investigación bien seria y sanciones ejemplarizadoras para quienes recurrieron al salvajismo para investigar una alegada violación de la ley. La tortura no debe existir pues fue parte de una época oscura de nuestra historia republicana. Debe quedar claro que ese procedimiento ya quedó atrás.

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