Inseguridad

Inseguridad

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
No bastan los enrejados de hierro para dar seguridad plena a una familia.
La inseguridad es parte de la desconfianza que surge cuando la autoridad falsea la verdad.
Si el sacerdote miente, flaquea la fe, si el juez actúa parcializado, apuñala la justicia, si el maestro quiere enseñar lo que no sabe, el alumno pierde la confianza, porque se le induce al error con la transmisión de datos sin confirmar, teorías sin valor científico, repetición de conceptos, ideas e informaciones que ya fueron sobrepasadas por el conocimiento.

Cuando el padre o la madre faltan a la verdad, el niño disminuye el respeto a sus mayores.

Es complicado el asunto. La desconfianza va más allá.

Cuando hay un ambiente como el descrito anteriormente, la inseguridad crece como la verdolaga y la yerba mala.

El peligro se agrava al salir a la calle, pues un motociclista puede atropellarlo porque transita a contravía, por encima de la acera…y no pasa nada.

Cualquier ciclista, triciclero o carreta de frutas, frutos o tierra para jardines, se desplaza a contravía y…todo bien ¡gracias!

Si un chofer de guagua o carro de concho realiza giros inverosímiles, imprudentes y sorpresivos, en busca de un pasajero, se trata de un padre de familia buscándosela, que es una forma moderna de justificar el tigueraje y el desorden.

La quiebra de las relaciones ínter-barriales, la falta de relación con los vecinos, el desprecio al sabio consejo que reza: tu vecino, es el familiar más cercano, el egoísmo, el vivir de puertas hacia adentro, facilitan el crecimiento de la inseguridad.

Alguna gente piensa que una casa rodeada de una verja de altura considerable, varios perros, vigilantes, sistemas de alarma, pueden resolver el problema.

Las verjas se violan, los perros se engañan, los vigilantes se amarran y amordazan, se golpean o se matan, los sistemas de alarma son manejables, nada, nada garantiza la seguridad total.

Si se pudiera garantizar la seguridad total, Abraham Lincoln, Ramón (Mon) Cáceres y Trujillo hubieran muerto de viejos.

La inseguridad está conformada por un conjunto tan diverso, tan inesperado, tan difícil de asir, que requiere de una labor conjunta para arrinconarla, que nunca será superada totalmente.

Es muy fácil descargar en la Policía o en cualquier tipo de autoridad, familiar, eclesiástica, magisterial, política, judicial, la culpa de la inseguridad.

Siempre es más cómodo acusar que contribuir a resolver, señalar que trabajar para la mejoría colectiva.

El ejercicio de la violencia criminal, que genera una buena parte de los problemas derivados de la inseguridad, sólo puede ser disminuido cuando decidimos tomar el toro por los cuernos y trabajamos unidos en pro de la seguridad, la justicia, la buena vecindad y jugamos a ser mejores ciudadanos, padres, amigos.

Sólo juntos, podremos arrinconar la violencia y la inseguridad.

Falta la convocatoria seria y cierta, sin politiquería.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas