Editoriales. Inseguros y desprotegidos

Editoriales. Inseguros y desprotegidos

La defensora del pueblo, Zoila Martínez Guante, se suma a las víctimas de la inseguridad que mantiene en vilo a este país. Fue maltratada, raptada y despojada de su vehículo, en un hecho que denota que el crimen organizado no tiene preferencias ni hace excepciones. Gracias a la providencia, ella misma ha podido contar la historia, y narrar el horror vivido. Pero el caso no es solo para deplorarlo, sino más bien para reflexionar sobre un fenómeno muy grave: hemos perdido la capacidad de asombro, y sucesos como este ya se ven como normales, cosas del diario vivir. Lo peor que puede pasarle a una sociedad es acostumbrarse a estados de cosas anómalos, que a fuerza de repetición se hacen costumbre.
En cuanto al caso de doña Zoila hay que hacer una profunda investigación y evaluar qué tipo de gente puede ser tan desalmada como para someter a una mujer de edad a tormentos de esta naturaleza. A esos y todos los que proceden como ellos hay que aplicarles todo el peso de la ley. La inseguridad se ha convertido en regla en este país y no hay quien no haya sido víctima de algún acto delictivo. Lo mismo se secuestra a una señora para despojarla de una yipeta, que se mata a tiros a una persona para quitarle una motocicleta o un arma de fuego. No puede ser que el Gobierno de un Estado no esté en condiciones de garantizarle la seguridad a los ciudadanos. Eso es grave y escandaloso.

Satisfacción y buen ejemplo

El Gobierno y el Colegio Médico Dominicano (CMD) han logrado su mejor acuerdo, negociado sobre la base de respetarse mutuamente los derechos. El razonamiento basado en lo posible quebró las retrancas que en principio dificultaban el entendimiento. El aguerrido Waldo Ariel Suero está de risitas por el logro de las reivindicaciones y condiciones laborales que “peleaba” para su gente. Pero elogia al Gobierno por haber aportado la contrapartida de sensatez necesaria para llegar a un feliz término.
Waldo reconoce que el acuerdo compromete, y exhorta a los médicos a cumplir su parte en lo profesional y laboral. Gobierno y Médicos han puesto un excelente ejemplo de negociación exitosa. El país necesita que ese estilo sirva de modelo para concertaciones cruciales que están pendientes y bajo amagos de avasallamiento.

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