Extraño que algunos ciudadanos con inocultables luces, propalaran la especie de favorecer la renuncia del presidente Danilo Medina, porque es una forma irreflexiva, insensata e inelegante de propiciar y cortejar el desideratum ciudadano y el caos institucional.
El único presidente dominicano que renunció al poder fue Carlos Felipe Morales Languasco el 12-01-1906, atrapado en una tenaza entre jimenistas y horacistas, artífice del modus vivendi de entregar las aduanas a los Estados Unidos para cobrar compulsivamente compromisos con la Santo Domingo Improvement, relevo de Westendorp.
Cuando Henry Kissinger maniobró perversamente con la CIA para derrocar y asesinar al presidente chileno Salvador Allende Gossens, postulé que lo correcto era permitir que el presidente Allende agotara su período constitucional, que demostraría que el sistema comunista es un fraude como filosofía de gobernar, y el tiempo me concedió la razón con el desplome de la Unión Soviética 18 años después. Ahora reitero esa ponencia de conceder al presidente Danilo Medina cumplir completo su mandato constitucional que expira el 16-08-2020, reiterando como el inolvidable Miguel Angel Velásquez Mainardi: Ni un minuto más.
Tiempo entre ahora y el 16-08-2020 en que el país debe exigir, como una sola persona al presidente Medina, sofrenar la carrera irresponsable del endeudamiento externo; despejar el terror de la inseguridad ciudadana: deshaitianizar al país que su predecesor Leonel Fernández y él han saturado de haitianos indocumentados.
Adecentar la administración pública a quien la ciudadanía señala como fuente de corrupción; acabar con el caos del transporte público, quebrar el monopolio del transporte de carga de los muelles, y los insufribles interminables taponamientos vehiculares. Exigir al presidente Medina estos reclamos ciudadanos, y todos juntos, ayudarlo para materializar esos logros de alta conveniencia nacional, no impedirle la oportunidad de realizar el Gobierno que todos anhelamos postulando renunciar.