¿Quién impartió las “instrucciones superiores” que recibió la jueza Awilda Reyes Beltré para tomar las decisiones que hoy escandalizan al país y estremecen el sistema de justicia? La revelación del doctor Mariano Germán Mejía, presidente del Consejo del Poder Judicial, de que la jueza suspendida que dejó en libertad al regidor por Pedro Brand Erikson de los Santos, acusado de sicariato, justificó esa y otras decisiones alegando que recibió “instrucciones superiores” ha dejado en el aire esa pregunta, y por supuesto también la necesidad urgente de que alguien asuma la responsabilidad de responderla. Lo ideal hubiera sido que el presidente de la Suprema Corte dijera el pecado y también el pecador, pero en la rueda de prensa que convocó al doctor Germán Mejía se le vió mas empeñado en dejar claramente establecido ante la opinión pública que no fue quien impartió esas instrucciones que en cualquier otra cosa, como si estuviera en posesión de informaciones que lo obligaran a “ponerse alante” y a salvo de las salpicaduras de un escándalo que, por sus implicaciones, podría hacer rodar muchas reputaciones. Y como el funcionario judicial no dejó claro si la magistrada Reyes Beltré identificó o no a la persona que le bajaba línea, su culebreo solo ha servido para alimentar la hoguera de las especulaciones y la barajadera de nombres y filiaciones, lo que siempre pasa en un país donde todo el mundo cree que sabe de todo y opina y señala como quien se siente dueño absoluto de la verdad. Pero también afianza el convencimiento general de que tal y como están las cosas, y a despecho de las investigaciones que se realicen, nunca conoceremos el nombre de quien impartió las “instrucciones superiores” que han hecho caer tan bajo a la justicia dominicana.