Intelectuales y amigos del eminente músico, concertista de violín, dibujante, políglota y escritor Jacinto Gimbernard Pellerano, coincidieron ayer en resaltar que con su muerte la República Dominicana pierde a un excepcional ser humano, que hizo grandes aportes al desarrollo del arte y la cultura del país.
El empresario y presidente de la Fundación Corripio, José Luis Corripio (Pepín); el ministro de Cultura, Pedro Bergés; el director de la Orquesta Sinfónica Nacional, maestro José Antonio Molina; el doctor Jorge Tena Reyes y el escritor José Alcántara Almánzar, dijeron sentir gran pesar por la muerte de Gimbernard Pellerano, con quien compartieron en diversos espacios.
Gimbernard falleció la noche del miércoles, en su residencia de esta capital, a la los 85 años. Sus restos serán cremados.
Se había desempeñado como director ejecutivo de la Fundación Corripio, así como articulista semanal del periódico HOY.
Pepín Corripio. “Lo conocí cuando era niño, cuando su papá le puso un violín en las manos que era casi del tamaño de él. Era mi amigo y se convirtió en un icono de la música dominicana siendo de los primeros que trascendió a nivel internacional”, señaló Corripio.
Resaltó que Gimbernard Pellerano a pesar de su proverbial humildad nunca hizo gala de su amplia cultura intelectual ni de las muchas labores que hizo en pro de la formación de jóvenes, a quienes les dedicó tiempo para su educación, promoción y difusión.
Igualmente, recordó que siendo embajador de Francia dejó muy en alto la cultura y los valores dominicanos, cumpliendo de esa manera la misión encomendada.
Dijo que con la muerte de Gimbernard, la Fundación Corripio y él, de manera personal, pierden una columna fundamental en la proyección de sus programas culturales, y a un excepcional amigo de cualidades pocos comunes.
Pedro Bergés. Por su lado, Bergés manifestó que la muerte de Gimbernard es una sensible pérdida para el país y destacó que fue un referente notable y positivo.
Bergés señaló que Gimbernard fue un preocupado por la historia, nació con un talento natural y estaba dotado de una personalidad versátil, condiciones que puso al servicio de la sociedad dominicana de manera generosa.
“En nombre del Ministerio de Cultura expresamos nuestro pesar a la familia de Gimbernard Pellerano, y a sus amigos, por esta irreparable pérdida”, expresó el ministro de Cultura.
José Antonio Molina. En tanto, el maestro Molina, al considerar lamentable la muerte de su admirado Gimbernard, dijo que se trató de una disidencia el que su amigo muriera exactamente momentos que presentaba en el Teatro Nacional la novena sinfonía de Beethoven, lo que es el mejor homenaje para celebrar la vida de quien tuviera una excelente capacitad intelectual y cultural.
Expresó que su valor como músico es incuestionable. “Le guardo siempre extremo respeto y admiración profunda por haber sido uno de los músicos icónicos de la generación y muchos años más”.
Al lamentar su muerte, consideró que el país celebra el haber parido a un músico de su tesitura y talla. Recordó que en reconocimiento a su trayectoria y aportes a la música y a la cultura en sentido general, le puso en vida el nombre de Gimbernard a la Sala de Ensayo de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Tena Reyes. Asimismo, el doctor Jorge Tena dijo que Gimbernard fue su amigo, con quien compartió labores en la Fundación Corripio. Destacó que conoció sus éxitos en la dirección de Bellas Artes y de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Consideró que Gimbernard fue una figura preponderante en la cultura dominicana, literaria y musical. “Es una perdida sensible para el arte, la cultura dominicana. Lo recordaremos como un gran dominicano en el aspecto musical y literario, y espero que se pueda recordar en los ámbitos de la generosidad, cultura y afectos”, expresó Tena Reyes.
Alcántara Almánzar. Para el intelectual Alcántara Almánzar con la muerte de Gimbernard el país y la cultura dominicana pierde a uno de los grandes artistas de nuestro tiempo y uno de los maestros inolvidables que llenó con su arte y sus escritos toda una época y, sobre todo, un ejemplo de bondad, integridad ética a toda prueba.
Consideró que ahora será recordado por sus libros y por lo que dejó en el público, con audiciones memorables de la música de los clásicos universales y dominicanos. “Como compañero en la Fundación Corripio y amigo de muchos años, siento que deja un vacío que nadie podrá ocupar”, señaló Alcántara Almánzar.
Gran músico. Gimbernard Pellerano fue un virtuoso de la música que inició su formación a los 6 años con el profesor alemán Willy Kleimberg y los continuó con dominicanos e italianos. Su precocidad fue tal que se inició como músico de la Orquesta Sinfónica Nacional a los 13 años, cuando todavía llevaba pantalones cortos.
El laureado músico era hijo del destacado periodista y caricaturista Bienvenido Gimbernard y de la señora Concepción Pellerano.
Gimbernard Pellerano, quien era autodidacta, siempre destacaba, en escritos y conversaciones, la influencia de su padre en su vida, quien lo guió paso a paso.