Intermediación en el agro
Parasitaria  o necesaria

Intermediación en el agro<BR>Parasitaria  o necesaria

Históricamente se ha dicho que la mayoría de los integrantes de la cadena de intermediación de los productos de origen agropecuario es parasitaria, porque aporta poco y gana mucho.

Los intermediarios (camioneros, mercaderes, supermercados, colmados, etc.) han sido los grandes beneficiados de las ganancias de los productos agrícolas. En esto influye  el desorden de la comercialización que prevalece en el país. Sin embargo, especialistas en el tema entienden que el problema básico de los precios de los productos agrícolas es la estacionalidad. Hay que ver los precios agrícolas por estaciones. Manejar el promedio no es la mejor opción, porque los precios agrícolas son muy estacionales. En todos los productos de origen agrícola, exceptuando el arroz, hay movimientos estacionales. Este cereal tiene precios estables durante el año, por el Programa de Pignoración a que está sometido, con una subvención del Gobierno.

Hay épocas en que los precios de los productos agrícolas  se van a pique y en otras  suben  mucho, porque hay menos ofertas. Las variables que más influyen en los precios son la estacionalidad, la pignoración y las importaciones como mecanismo de estabilidad.

Cuando se habla de la canasta familiar agrícola, se  piensa en arroz, habichuelas, pollo, huevos, leche, plátano, yuca, bata, ñame, papa, carnes de res,  cerdo, yautía y vegetales (tomate, lechuga, zanahoria, ajo, cebolla, repollo y otros), frutas (lechosa, mango, piña, guineo, etc).   Los precios de estos y otros productos de origen agrícola son bastante competitivos en los supermercados, pero también altos. En la mayoría de los colmados estos precios son superiores, llegando hasta la especulación.   El margen de ganancia de la intermediación es muy alto (doble, triple y hasta  más) en los productos agropecuarios.

Todavía en el país no hay un estudio que mida el costo que se registra en la franja del mercado de la intermediación entre el productor y el consumidor. Uno asume que todo es ganancia para los intermediarios, pero realmente no es así. No se sabe lo que le cuesta a un supermercado mantener una serie de productos en ambiente controlado para que no se dañen. Los dueños de esos negocios no ayudan suministrando esa información para tener una idea de lo que está ocurriendo. Se sabe que ese es el margen bruto del negocio, en donde hay costos y ganancias.       Si las estructuras de comercialización transparentaran sus costos, probablemente se viera que los márgenes de beneficios no son  tan extraordinarios como uno cree, pero como todo es un misterio, por falta de información, la conclusión que el consumidor hace es que tienen ganancias exageradas.

Es muy difícil que el precio al consumidor baje  en un mercado en donde los precios de los bienes agrícolas generalmente han sido bajos. La política de precios ha estado orientada por años a tratar de mantener esos precios al consumidor lo más bajo posible.

En los productos en que hay importaciones, como las habichuelas, la solución que normalmente funciona es que entra producto importado y cubre el déficit, pero aún así, como los importadores conocen el pico en esa época sueltan la oferta más o menos controlada porque saben que no hay una producción local que pueda inundar el mercado.  

Entonces, aunque tengan ese producto en grandes cantidades no están presionados para soltar grandes cantidades y logran mantener un precio relativamente bueno, exceptuando los meses febrero y marzo, cuando entra la cosecha local. Los precios agrícolas al final reflejan los costos de la economía.

Cuando suben los combustibles, no sólo se reflejan cuando uno echa gasolina al vehículo, sino también en los precios del arroz, habichuelas, los víveres y el resto de los productos que se consumen. Lo mismo ocurre cuando suben el precio de la energía, da la misma vuelta y al final sale en ese precio. Cuando suben el precio de cualquier producto en la economía, la agricultura, termina en el precio que llega a la casa en el producto que se compra. Por eso es tan importante la política de precios estables. El producto no debe pasar por manos innecesarias que le agreguen comisiones. Debe ir de la empacadora a los supermercados, a los colmados y a otros establecimientos. A veces hay una serie de intermediarios que compran a precios de vacas muertas y en cada tramo le va cargando un porcentaje a ese producto.    La baja productividad en casi todos los productos agrícolas, cuando son comparados con otros países por falta de asistencia técnica, planificación, tecnología apropiada, etc. Aquí tenemos una piña más cara que la de Costa Rica, unos guandules más caros que los de Ecuador, unas habichuelas más caras que la de  Chile, unos pollos más caros que los de Brasil, todo esto por falta de tecnología apropiada.

La cifra

20 por ciento.  Es el aumento de los costos del pollo, huevos y cerdos en el primer trimestre de 2011, al subir  46%, 24% y 29% el  maíz, la soya y la grasa en diciembre.

Zoom

Estacionalidad

La estacionalidad y el afán de lucro tienen mucho que ver en los precios de los productos de origen agrícola. Los precios del pollo, por ejemplo, durante este año han sido altos y sus costos no tan altos, asegura un experto. En octubre, el precio de esa carne bajó  23%.Hace dos semanas recuperó un 18%. Los huevos le están dejando pérdidas a los avicultores o tienen bajos márgenes de beneficio desde el cierre de la frontera con Haití. Los insumos, como maíz, soya  y grasa para la fabricación de alimentos para animales costarán más a partir de diciembre.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas