Interpretando el Patrimonio Cultural de Europa

Interpretando  el Patrimonio Cultural de Europa

En los últimos años, varios concursos de arte, y de pintura en particular, se han celebrado para los jóvenes artistas. Han sido exitosos, siendo una vía, no solamente para estimular la creatividad y aplicarle conocimientos adquiridos, sino para dar oportunidades a una condición profesional tan difícil y a nuevos talentos dominicanos.
Los resultados muy positivos han motivado a la Delegación de la Unión Europea, para que, conjuntamente con la Vicepresidencia de la República, haya propuesto y organizado un certamen que se dirige a los artistas entre 18 y 35 años y ha mantenido los requisitos de los concursos sobre los valores, acerca de las obras y su realización, de los materiales, la técnica y el formato.
La pintura, gran categoría tradicional del arte dominicano y clave de la enseñanza artística, fue expresión y medio elegido por los organizadores. Ahora bien, el tema que debieron tratar los concursantes correspondió al Patrimonio Cultural Europeo. Es el año de su promoción y valorización especial, ya que el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea proclamaron oficialmente el 2018 como el “Año europeo del Patrimonio Cultural”, multiplicando los eventos de arte y cultura.
Concurso y exposición. Las obras seleccionadas y premiadas están expuestas en la Galería Nacional de Bellas Artes, con un montaje simple que conviene a esa clase de muestra, y con explicaciones esenciales.
A menudo los artistas han identificado el patrimonio cultural con la arquitectura y los monumentos –como se esperaba–, la Torre Eiffel de París, el Coliseo de Roma y el Big Ben de Londres siendo protagonistas mayores…
Han plasmado también, lo que es tan o más importante, a la gente, su fisionomía, sus tradiciones respectivas –hasta los trajes típicos–. Observamos igualmente otros elementos fundamentales, como la creación visual y la literatura, magnos componentes de la irradiación cultural europea.
Otra fuente de investigación, esencial, la constituyen los idiomas: no pocas veces los artistas se refirieron a la pluralidad de las lenguas en el “viejo” continente, introduciendo la palabra en sus composiciones.
Y, aparte del impacto inevitable de tantas ciudades seculares, notamos la presencia –dinámica– de la tierra y el agua, de la naturaleza y su extrema variedad.
Calidad interpretativa. Los artistas han captado, según la sensibilidad y estilo de cada autor, la riqueza patrimonial europea –diversidad, abundancia, generosidad–. Tampoco han dejado de expresar el diálogo entre los países y sus pueblos, transmitiendo, en sus cuadros, el lema común de esta gran región, que es “el arte de compartir”. ¡Darse la mano ha sido un gesto frecuente sobre el lienzo!
El tratamiento pictórico y la calidad técnica demuestran la buena formación académica de los participantes, y, obviamente, la documentación por internet, es vehículo de la historia del arte. Los artistas buscaron ejemplos fehacientes, investigaron pasado y presente, supieron encontrar y consultar fuentes fidedignas y, sobre todo, aprovecharon imágenes que ellos reinventaron en sus propias obras, llegando las mejores a una visión poética y épica, sin descartar el humor.
El jurado de selección y premiación distinguió, en una participación cuantiosa y mayor aun que la prevista, la recreación temática más interesante y una ejecución pictórica cuidadosa. Entre los seleccionados, los seis artistas galardonados, destacan una personalidad singular en la apropiación del tema, y una representación original que enfoca el patrimonio cultural europeo a través de varios países e identidades, imprimiéndole un sello propio y realizando un trabajo complejo.

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