De los Servicios de Hoy. La policía federal estadounidense ha confirmado ayer que está investigando la posible participación de Rusia en un ataque informático al banco de inversión JPMorgan y a otra entidad financiera, como represalia por las sanciones económicas impulsadas desde Estados Unidos por la crisis política en Ucrania.
De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación del FBI, el ataque se produjo a mediados de agosto y supuso la pérdida de «gigabytes» de datos sensibles.
Las fuentes señalan que las autoridades estadounidenses están también investigando si otros casos de infiltración detectados en las últimas semanas, aprovechando el mismo tipo de vulnerabilidad, están conectados con el de JPMorgan.
La pista de una conexión entre los atacantes y el gobierno ruso podría estar en la sofisticación de la intrusión y de indicadores técnicos detectados por las propias entidades financieras. Sin embargo, el rastro es tan borroso que los investigadores también están considerando la posibilidad de que se trate de bandas organizadas rusas o de otros puntos de Europa del este.
En uno de los ataques, los hackers utilizaron una vulnerabilidad desconocida en uno de los sitios web del banco, después atravesaron varias capas de seguridad y finalmente se hicieron con los datos que robaron, cuyo carácter no se ha dado a conocer.
Esta forma de proceder excede con mucho, según los experto, la capacidad de las bandas convencionales. Ante el cariz de los acontecimientos, otras agencias se han unido a la investigación, como la todopoderosa NSA estadounidense.
El banco JP Morgan Chase y al menos otras cuatro entidades estadounidenses han sido víctimas este mes de una «sofisticada» serie de ciberataques.