Invitación a recapacitar

Invitación a recapacitar

Todos hemos vivido esta situación; un padre con dos hijos, le pide a uno de ellos: — ve a trabajar a la finca. —El hijo le responde: — no quiero–. Pero luego va. El segundo hijo dice: — sí papá, voy enseguida–. Pero luego no va. Jesús pregunta en el Evangelio de hoy: ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre? (Mateo 21, 28 – 32). A Jesús lo siguieron pecadores que recapacitaron, y mucha gente que parecía piadosa se ocupó de que lo crucificaran.
Nosotros como sociedad necesitamos recapacitar en muchos aspectos. Uno de ellos es nuestra inadecuada política partidista.
Ya el 27 de febrero del 2012, en los números 32 y 35 de su mensaje, nuestros obispos calificaban de “peligrosa” la situación de la política partidista dominicana, por la falta de transparencia, la “peligrosidad del dinero sucio” “y en la que la democracia interna de los partidos se encuentre secuestrada por una oligarquía partidaria”. Esta fue una de sus propuestas: “…abrir el horizonte de la participación a las nuevas fuerzas emergentes y al liderazgo renovado, que no necesariamente se puede encontrar en los grandes partidos políticos tradicionales”. Pedían que líderes con “un auténtico espíritu de servicio desinteresado a la Nación, planteen una mejor plataforma política con una visión clara de lo que significa gobernar un país con sentido de justicia y teniendo como norte el bien común, ofrezcan un programa de gobierno que responda a las más urgentes necesidades del pueblo, y sobre todo, que puedan exhibir en su hoja de vida social, pública y privada, una mayor coherencia con los principios éticos y morales, particularmente, lo que tiene que ver con la honradez, el trabajo y la disciplina”.
El burro nunca opina sobre su aparejo, pero aquí los mismos políticos deciden cuánto dinero se les reparte.

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