El resultado negativo del desembarco guerrillero encabezado por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó en Playa Caracoles en 1973, no fue fruto de la traición o de la inconsecuencia de alguien, aunque ambos elementos pudieran haber estado presentes, sino de decisiones de los participantes adoptadas en un contexto desfavorable, sostuvo ayer el historiador Roberto Cassá.

Expuso sus consideraciones en el discurso con que presentó el libro “Revelaciones”, en el que Narciso Isa Conde ofrece detalles de las relaciones del Partido Comunista Dominicano, del profesor Juan Bosch y de otros grupos de izquierda con el coronel Caamaño, durante su estadía en Cuba, desde donde partió para intentar establecer un foco guerrillero en el país.

El libro fue presentado ayer en un acto en la Sala de la Cultura Aída Bonelly de Díaz del Teatro Nacional. Cassá exculpa al Gobierno cubano del fracaso de la guerrilla de Caracoles, recordando que Caamaño recibió el apoyo del régimen y “aunque se dieron situaciones problemáticas en su desenvolvimiento”, advierte que “de las mismas no puede desprenderse que Cuba fuera responsable de lo acontecido, al margen de evaluaciones que puedan hacerse en torno a la actuación del aparato especial de ese país”.