Jerusalén. El Gobierno israelí autorizó hoy la entrada en el país de 20.000 trabajadores chinos para acelerar los proyectos de construcción y con ello tratar de frenar la burbuja inmobiliaria de los últimos años.
La decisión, aprobada por el Consejo de Ministros que encabeza Benjamín Netanyahu, responde a una iniciativa del titular de Finanzas, Moshé Kahlón, tras un queja de falta de mano de obra por parte de los constructores.
“Será una inyección de motivación que impulsará la oferta de vivienda en Israel”, dijo Kahlon tras la aprobación. Israel vive una burbuja inmobiliaria desde hace siete u ocho años que ha hecho que los precios del sector se dupliquen, impidiendo que la clase media pueda acceder a una vivienda.
Kahlón se presentó a las pasadas elecciones de marzo con la promesa de frenar, e incluso bajar, los precios. Además de haber rebajado el IVA en un punto porcentual (de 18% a 17%), ha elevado los impuestos a las inversiones en el sector inmobiliario, y ha tomado otras medidas excepcionales -como la de hoy- para reducir el tiempo que los constructores tardan en ejecutar sus obras.