Israel Sands 
 Un mundo entre pétalos y ramas

<STRONG>Israel Sands</STRONG>  <BR> Un mundo entre pétalos y ramas

POR CLARA SILVESTRE
El rostro de Israel Sands es bastante conocido en la pantalla chica. A través del programa “Entre pétalos y ramas”, que se transmite por Casa Club TV, se ha ganado un público que lo sigue, sea porque ofrece ideas oportunas para ambientar los hogares, o porque encuentran en él un experto capaz y un ser humano amante de la naturaleza.   

El programa lleva ya tres temporadas, compuestas por 26 programas cada una, en las que Sands se ha entregado en cuerpo y alma a la idea de crear arreglos florares con materiales muy diversos, atados al ingenio, la creatividad y la pasión que le caracterizan.

“Prefiero hacer algo que cumpla con las leyes establecidas del diseño. Me gusta innovar, pero con ideas con equilibrio para lograr un arreglo que sea atractivo. Me alegra ver que para muchas personas que me siguen, el diseño no es sólo un proceso necesario para llegar al resultado de un arreglo floral, sino que el momento es el proceso de hacerlo y el producto es sólo como la documentación del proceso, que es lo más bonito de todo, recrear la naturaleza, jugar con los elementos naturales, saber lo que uno puede producir, etc”, dijo.

“Hay personas para quienes las flores son una pasión y un deleite”

Para un artista es mucho más fácil variar de un original y hacer algo nuevo que copiar algo cien por ciento. La idea es crear algo atractivo y equilibrado.

Continuando con la conversación, el experto dijo: “Creo que más que nada es una pasión que tengo que se transmite en la televisión. Recuerdo una clienta que salió al supermercado a buscarle un capricho al esposo, y ella se paró frente a la floristería que yo tenía cerca del supermercado, se bajó del carro y vio en la vidriera una mata de orquídea. Entró, la compró, me preguntó algunas cosas, puso todo en el carro y regresó a la casa, y la razón del viaje se le quedó en mi tienda. Es porque hay personas para quienes las flores son una pasión y un deleite, y no son tantas personas las que aman la naturaleza, esta es la razón por la que se identifican conmigo y se dejan llevar por esta pasión”.

Entre los sueños de Sands se encuentran la idea de aprender japonés y ruso, y respecto a las flores, realizar una serie de programas sobre el papel que han jugado las flores en las diferentes culturas.

En la actualidad se encuentra escribiendo un libro.

Sands trabaja directamente con sus clientes en el montaje de diferentes tipos de eventos.

A continuación un resumen de la conversación que ¡Vivir! tuvo con el afamado decorador. 

¿Qué hace diferente un arreglo, si las flores que se ofrecen son las mismas?

“Hasta un punto, hay nuevas flores, pues los agrónomos tratan de producir nuevas variedades, y siempre hay nuevos colores de rosas por ejemplo, entonces siempre hay algunas flores que no son nuevas en la naturaleza, pero son nuevas en el mercado, lo que sí es que hay nuevos floreros que salen en el mercado. También nuevas tecnologías, aunque no soy muy partidario de ellas en los arreglos florales, hay otros arreglistas que las  incorporan y entonces los arreglos son diferentes.

Puedo hacer un arreglo nuevo combinando un arreglo que he hecho hace un año y otro que hice hace tres, hasta encontrar la manera de crear uno nuevo, y también de vez en cuando alguien que es creativo le sale una idea para algo nuevo”.

Al enfatizar en el hecho de que es básico saber cómo cuidar las flores, y otro punto lograr equilibro, manifestó: “entonces cuando uno resuelve los problemas que presenta una idea nueva es cuando se hace un arreglo nuevo. No todas las ideas nuevas se pueden realizar, porque no son atractivas”.

¿A qué te refieres con nuevas tecnologías?

“Hoy en día, se hacen muchas cosas con luces con pilas, incluso hay unas pequeñas luces con pilas que se ponen en el agua con flores, también la ponen dentro de ciertas flores que crea un efecto que vamos a decir, para ser gentil, es muy sicodélico, pero yo lo encuentro que luce muy postizo”.

Creo que cuando la tecnología se enfrenta con la naturaleza, la verdad es que la naturaleza casi siempre pierde, porque la tecnología es mucho más chillona y la naturaleza más sutil. Por eso prefiero no utilizar tantas ideas nuevas de tecnología en los arreglos, prefiero lo tradicional, lo natural, la luz de la vela, donde las personas lucen mejor, pues nunca se ha encontrado una luz que acentúe mejor un rostro que la luz de una vela.

A mi clientela le gusta mucho lo natural, pero también a muchas personas les gustan las flores artificiales, y la realidad es que hoy están mejor hechas que hace 20 o 30 años, porque en ese entonces se sabía de lejos que lo eran. Hoy las hacen con diferentes telas, más reales. El problema con lo artificial es que es artificial”.

¿Qué podría caracterizar tus diseños?

-El buen gusto, responde y sonríe. “Hasta un cierto punto el buen gusto es enemigo de la innovación. Existe una proporción entre la tradición y la innovación, y creo que tengo un cierto balance. Nunca me tiro a innovar por innovar y no le tengo miedo a que digan que me repito, porque no lo hago y sé hacerlo. Para un artista es mucho más fácil variar de un original y hacer algo nuevo que copiar algo cien por ciento. La idea es crear algo atractivo y  equilibrado.

Me gustan las cosas con ingenio, y creo que mi trabajo tiene esa mezcla de lo orgánico. Me gusta que las cosas luzcan bien terminadas, que revelen que  hay experiencia y una mano fina detrás de todo”.

¿Qué es lo más difícil a lo que te has tenido que enfrentar?

“Lo más difícil siempre son los clientes, porque tienen derecho de ser difíciles. Hay que entender lo que quieren, hay personas que porque tienen dinero también creen que tienen gusto, pero sin embargo, otras te dicen hazme lucir bien y quiero aprender contigo, es decir que te dejan trabajar.

Lo duro de esta carrera es que como es con flores que se trabaja, se pueden comprar dentro de dos semanas flores menos bonitas y más caras, porque hay muchas variaciones en este negocio”.

¿Cuántas cosas buenas te han sucedido por esta vocación?

“¡Qué pregunta mas bonita! Primero que nada que otras personas se permiten vivir esta pasión. Yo me permití vivirla, y a través del programa, donde lo único que me exigían era inventar cosas nuevas, y la oportunidad de comprar materiales, sin pensar si iba a sacar beneficios, sino con la idea de realizar experimentos, me ofreció cierta libertad y me aseguró que estaba haciendo algo que era interesante y que valía la pena soñar un poco y jugar con las flores, al tiempo de leer sobre teorías y diferentes maneras de mirar las flores”.

Sobre las pautas actuales

Sobre las pautas actuales del diseño floral, Sands explica que éstas se centran en lo minimalista, que es querer hacer los arreglos puros con un tipo de flor, sin verdes, que se vea sólo las flores juntas, lo cual es una manera de trabajar muy caro que a las floristerías les gusta mucho, porque además de que son muy caras  implican poco trabajo. Esto, a su entender, sería lo único que es una tendencia hoy día.

Por otro lado Sands considera, aunque no le gusta decirlo, que la mayoría de las personas que trabajan con las flores son muy poco artísticos y miran lo que ven en las revistas comerciales y repiten los arreglos.

 “Es triste, pero la mayoría de las personas que comienzan a trabajar con las flores para comercializarlas, que lo hacen con el corazón y quieren hacer algo bonito e innovador, al cabo de unos cuantos años paran, porque el público no lo recibe tan bien y es mucho más fácil hacer la misma cosa, utilizar flores  comunes que duran diez días, y a las personas que quieren hacer algo en realidad bonito, las flores se les quedan sin vender y las tienen que votar. Por lo que no es una manera de vivir con la que se pueda ganar mucho dinero”.

Las preferidas

Israel Sands expresa que hay una flor que utiliza mucho, porque no es una flor demasiado común, no es cara y es muy duradera, ésta es “la estrella de Belén”, la cual considera una flor muy bonita, sencilla, saludable y alegre.

Aunque reconoce la popularidad de las rosas, entiende que éstas son más preferidas por personas que no conocen muy bien las flores. Existen unos colores nuevos que son muy bonitos, entre ellos el color verde de una flor que se llama Limbo, que posee una forma redonda y pétalos imparejos.

“Es cierto que la rosa roja es amor y la rosa amarilla es celo, es bastante bien conocido, pero creo que lo importante es apreciar las flores y el hecho de mandárselas a las personas queridas”.

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