Las comparaciones entre Japón y la Eurozona son por desgracia cada vez más frecuentes. Bajo crecimiento, precios casi estancados y políticas monetarias expansivas caracterizan a estas dos economías, que ven con impotencia cómo sus bancos centrales se quedan sin munición para revivir la economía.
La Eurozona, al igual que Japón, se encuentra prácticamente en lo que se denomina una trampa de liquidez, advierte una publicación de Vicente Nieves para el diario español El Ecoomista.es.
Se advierte que la Eurozona está teniendo serios problemas para erradicar la ‘mediocridad’ económica que sufre en los últimos años. Los tipos nominales del BCE se encuentran en el 0%, mientras que la inflación sigue dormida, lo que está impidiendo que los tipos reales se reduzcan lo suficiente para crear los incentivos que los bancos centrales se proponen.
“Se ha llegado a una situación en la que la política monetaria ha perdido casi toda su eficacia, a pesar de los continuos incrementos de la base monetaria. La trampa de liquidez es una realidad, y salir de un trampa siempre es complejo”, indica la publicación.
Agrega que como explican los expertos de la firma financiera Natixis, «el BCE ha sido capaz de reducir los tipos de interés a niveles bajos, lo que ha sido positivo para los gobiernos y los agentes privados». Familias, empresas y gobiernos se han beneficiado de un menor coste de financiación gracias a las políticas del BCE.
Sin embargo, el escaso crecimiento tanto de la producción como de los precios y unos activos de renta fija con unos rendimientos bajos, en algunos casos incluso negativos, están influyendo en las decisiones de los agentes económicos que ahora tienen una clara preferencia por la liquidez o por utilizar esos capitales para invertir fuera de Europa. Sin embargo, ahora «la presencia de la trampa de liquidez hace que la política del BCE sea ineficiente». Además, el exceso de liquidez en los mercados genera olas masivas de compras y ventas sobre diferentes activos, unos movimientos que generan desconfianza en los inversores.
Paul Krugman, premio Nobel de Economía, explica en The New York Times, que la experiencia de Japón tiene que ser una lección para la Eurozona: «La lección real del Abenomics va más allá de la política monetaria. Se supone que hay tres flechas, la política monetaria, la expansión fiscal y las reformas estructurales. Lo cierto es que la política monetaria ha sido la única que se ha lanzado».
Aunque la política monetaria ha sido suficiente para depreciar el yen y para impulsar el precio de las acciones, «no ha sido suficiente para generar un crecimiento convincente o un incremento de los precios… Al igual que las acciones del BCE tampoco han sido suficientes sin apoyo fiscal, lo que necesitamos es la segunda flecha (estímulo fiscal)», asegura Krugman.
Desde Natixis señalan que llegado este punto, «la trampa de liquidez para la Eurozona significa que las posibles mejoras de unos tipos de interés muy bajos llegan a costa de unos costes superiores en términos de desequilibrios financieros».