Jean Alain y la burla de quien nada debe temer

Jean Alain y la burla de quien nada debe temer

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Con cara inocente, como quien va y no lo siente, el procurador Jean Alain Rodríguez pidió su envenenada “disculpa” a la magistrada Miriam Germán, revictimizándola y acusándola nuevamente bajo el alegato de que su único pecado fue presentar las alegadas pruebas contra ella sorpresivamente, es decir, sin que lo supieran los demás miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
Hablándole al país, con la tranquilidad pasmosa del que se sabe exento de pagar las consecuencias, Jean Alain se disculpó con la Miriam madre y mujer, pero no con la jueza, dividiéndola así en tres. Al hacerlo, aunque insista en que no viola el reglamento estipulado para entrevistar a los jueces de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), el procurador se burló del propio CNM.
A pesar de que duró tres horas reunido con los demás miembros del CNM, Jean Alain afianzó su posición yendo en contra de lo que se había acordado: bien dijo Reinaldo Pared Pérez que él solo pediría disculpas y anunciaría que se inhibiría en lo relativo a Miriam Germán. Pesó más, sin embargo, su prepotencia: jamás podía dar su brazo a torcer.
Las caras de Reinaldo, Radhamés Camacho y Fran Soto fueron de fábula: a ellos poco les faltó para marcharse como lo hicieron con toda dignidad José Paliza y Josefa Castillo, quienes decidieron no presenciar la ignominia de Jean Alain.
Pero, ¿cómo le va a importar si, a pesar de su descaro, no le pasará nada? Que la sociedad no le crea ni entienda su patético papel en el CNM a Jean Alain le da lo mismo: su arrogancia no le permitirá ver más allá de sus excusas. Por ello, en lugar de investigar seriamente a Miriam Germán para validar sus “pruebas”, sale con anónimos y excusas. ¿Lo duro? Él es el gran exponente de la “justicia”.

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