Con la sabiduría, prudencia e inteligencia que suele manejarse el ministro Administrativo de la Presidencia, Lic. José Ramón Peralta, distanció al Gobierno y al propio presidente Danilo Medina del apoyo de la Vicepresidenta, la Dra. Margarita Cedeño de Fernández, a la hoy candidata derrotada en las elecciones norteamericanas Hilary Clinton.
No deseamos con este artículo hacer leña del árbol caído, pues quien suscribe todavía siente el dolor y la depresión por el dramático fracaso de Hilary Clinton, quien lamentablemente no pudo convertirse en la primera mujer en escalar la Presidencia de la potencia más poderosa del mundo, por uno de esos designios del destino que no entendemos.
El Lic. José Ramón Peralta, ante el gran revuelo del video de la Vicepresidenta, reaccionó como político precavido, astuto y con mucho vuelo, dejando claramente establecido que el Gobierno del presidente Medina no era compromisario de esa postura de Doña Margarita, porque se trataba de un asunto interno de los norteamericanos.
Lo hizo con respeto, elegancia, sin tratar de desautorizar a la Vicepresidenta, porque no podía hacerlo por razones de rango. Posteriormente, la Cancillería de la República de manera oficial aclaró la posición del Gobierno Dominicano frente a los comicios de los Estados Unidos, en una acción también sabia del ministro de Relaciones Exteriores, Ing. Miguel Vargas Maldonado.
Definitivamente, el ministro Administrativo de la Presidencia demostró una vez más que es un hombre de Estado que ve más allá de la curva, como decía el insigne y extinto líder Dr. José Francisco Peña Gómez, quien a finales de agosto del 1986, en mi presencia, aconsejó al periodista Ercilio Veloz Burgos tras enfrentar al Dr. Balaguer en las elecciones que le ganó al Lic. Jacobo Majluta “que debía siempre, en política, dejar una ventana abierta para escapar”. Esa es la lección que todos debemos aprender.