El pasado jueves, el genio de la música nacido en Santo Domingo, Juan Luis Guerra, abrió con éxito el mes del amor en Nueva York. ¡Vimos el Madison a los pies del maestro! Desde lejos, y al acercarnos al coliseo de Broadway, se distinguía la decoración de luces que teñían de rojo, azul y blanco la fachada del Garden. “Todo tiene su hora”, poco más de dos horas en concierto, en las que Juan Luis ocupó casi todas la posiciones para activar el “tropelaje” contagioso de su 4.40, llevando al máximo la adrenalina de un público que representó a Hispanoamérica completa.
Este genio de la música, la poesía y el sentimiento interpretativo es una mezcla extraña de paz y guerra, en cuanto a espectáculo se refiere. Juan Luis sabe tocar todas las “campanitas” que exacerban cada uno de los músculos de sus espectadores. Su excelente repertorio popular revestido de sinfonía, su escenografía universal y actualizada, pantallas led súper “high definition”… En ellas, sorprendió con la aparición del admirado villajuanero Johnny Ventura, con el que interpretó a dúo su merengue pimentón “De Moca a París”. Cada tema nuevo de ‘Todo tiene su hora’, lo fue mezclando muy sabiamente con sus éxitos conocidos: desde “A pedir su mano”, pasando por “Tus besos” y “Como abeja al panal”, con el que dio entrada a su invitada especial, la querida Milly Quezada. Nunca bajó la batuta. El público no quería dejarlos ir. Tuvieron que salir tres veces, y la gente seguía de pie. Solo le faltó decirles “váyanse a acostar!.. ¡Qué bárbaro ese tipo!