“Entre los dominicanos y
los hatianos no es posible
una fusión”
Juan Pablo Duarte
Hoy, los dominicanos que amamos la patria como una extensión de nuestras propias familias, conmemoramos el 205 aniversario del nacimiento de Juan Pablo Duarte, Patricio Supremo de la Nacionalidad Dominicana, el Único Padre de la Patria, nos convoca a reverenciar, honrar y secundar su memoria y su legado inmarcesible, ante la ominosa invasión pacífica de más de un millón de nacionales indocumentados haitianos, con el permisivismo culpable de los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina.
Hoy, como nunca antes, poderes foráneos ejercen presiones, chantajes y amenazas de financiamientos económicos, orientados a trocarlos para torcer el pulso a los subdesarrollados y aceptar menoscabar por migajas la plenitud de una patria lograda con sacrificios de nuestros patriotas.
Estados Unidos, El Vaticano, Canadá, Francia, la Unión Europea, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y un enjambre de ONG subsidiadas por éstos, son los nuevos galeones que usaron los poderes coloniales europeos para conquistar, avasallar, esquilmar, saquear y exterminar la raza aborigen que encontró España en el Novo Mondo en 1492. Los gobiernos de los subdesarrollados no encuentran alternativas eficaces para evadir las tenazas del proteccionismo foráneo e imponer el desiderátum de preservar sus soberanías por el temor a perder el relevo colonial de El Situado, que hoy es el mendrugo del financiamiento externo.
Hoy, más que nunca, en que nuestra soberanía ganada con el coraje de 129 batallas, reyertas, escaramuzas y pleitos que libraron entre 1844 y 1856 nuestros patriotas para echar de nuestro territorio a los haitianos que nos dominaban desde 1822 peligra, Duarte trepida en nuestras conciencias, como anatema a los sin valor ni dignidad, que aceptan liquidar nuestra soberanía.