El doctor Freddy Ángel Castro, docente en Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), considera que en la selección de las Altas Cortes deben preservarse los jueces que han demostrado valor ético, competencia, eficiencia, e integridad.
Igualmente escoger nuevos integrantes con una visión más multilateral y experiencia para superar las carencias que están asociadas a la debilidad interpretativa que se han manifestado en algunas sentencias constitucionales.
El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) está convocado para el dos de octubre a los fines de iniciar el proceso de escogencia de renovación y selección de jueces de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del Tribunal Constitucional (TC), Castro aboga para que el proceso sea transparente para el fortalecimiento de la democracia y la garantía de la propia Constitución.
Carrera. Para Castro en el caso de la SCJ lo esencial es escoger jueces fundamentalmente de la carrera judicial, ya que se ha demostrado que los egresados de la Escuela Nacional de la Magistratura tuvieron un alto desempeño en relación con el resto de los aspirantes. Agrega que si se opta por renovarse algunos magistrados que están en funciones, se deben preservar aquellos que en el ejercicio de sus funciones han demostrado ética, competencia, eficiencia, e integridad.
Carencias. En cuanto al TC, Castro entiende que los nuevos jueces deben tener mayor profundidad, o sea, una visión más multilateral, de forma que puedan llenar falencias o carencias que están asociadas a la debilidad interpretativa que se ha manifestado en las sentencias, para incorporar nuevas tendencias como es la necesidad del diálogo entre tribunales para complementar las acciones y los recursos de control de convencionalidad.
Además que se debe incorporar y respetar el elemento curricular porque en su primera elección en el TC varios jueces no tenían el menor desempeño en el conocimiento, en la investigación, en la docencia y en el ejercicio de esta área del derecho constitucional y el procesal constitucional y mucho menos desde el punto de vista del análisis comparativo de esta rama especializada.
Pérez destaca que en el TC para emitir las sentencias se requiere un mínimo de 9 votos afirmativos (de un total de 13 jueces) lo cual puede generar una construcción de mayoría defectuosa por incompresión del proceso lo que afecta la calidad de la sentencia “porque no es lo mismo llegar a una construcción de mayoría de calidad que una construcción de mayoría defectuosa”. Resalta con preocupación que algunos jueces cuando han emitido declaraciones se nota una incomprensión del fundamento constitucional y del rol mismo del tribunal.
“Esperar que la escogencia sea transparente apegada a un sano ejercicio, procurando dos objetivos: el fortalecimiento de la democracia y la garantía de la Constitución, ese debe ser el compromiso de un juez en el Constitucional”.