Cuando damos educación en el Señor a nuestros hijos, es menos probable que salgan delincuentes, drogadictos o que ocurra un embarazo a destiempo. El temor de Dios ayuda a criar sanamente, afirma Karina Ureña.
La señora Ureña, residente en Hatillo, San Cristóbal, quien es evangélica, atribuye la excelencia académica de sus hijas a que tanto ella como su esposo asumen los consejos que hay en la palabra de Dios para corregir y formar en valores.
La hija más pequeña es muestra de ello. Katherine ganó la presidencia de su curso (tercer grado) y por tres años consecutivos ha estado en el cuadro de honor de su escuela.
Mi niña hace la oración en su aula antes de iniciar las clases y en el hogar cuando nos sentamos a la mesa a comer. Resalta, además, que la mayor, Genifer, también disfruta de ir a la iglesia y es igual de estudiosa que la menor.
Práctica. Karen, como la conocen en la intimidad, asegura que siempre le gustaron los niños y cuidaba los de sus familiares y amigos.