El acceso de las personas a la ciudad es un tema que está cada vez más presente en las agendas de los gobiernos en el mundo. Y es un concepto que está estrechamente ligado al de la movilidad… a permitir que una persona con discapacidad visual o motora pueda hacer uso de su derecho a disfrutar las ofertas laborales, culturales, educativas, sociales, deportivas e incluso de diversión.
La accesibilidad no son solo rampas ni baños grandes, explica la arquitecta Adis Ozuna, gerente general de Dominican Acces, organización experta en accesibilidad que señala que se necesita crear las condiciones para que todas las personas puedan transitar y disfrutar de todos los servicios con comodidad y autonomía.
“Se hace fundamental adaptar antiguas concepciones del diseño a los nuevos tiempos y lograr plasmar e implementar la concepción de un verdadero diseño para todos, creando espacios y ciudades plenamente habitables e inclusivas para todas las personas”, explica.
Pero no todo tiene que ver con la infraestructura, explica Ozuna que la ciudad, como está estructurada, es únicamente para personas estándar o “normales”.
“Por poner un ejemplo, en nuestra ciudad no hay un solo restaurante con un menú en sistema braille, lo que significa que un invidente no puede escoger su propia comida solo”, dice.
Motivados por esta necesidad latente, el emprendimiento social Dominican Acces, en colaboración con la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Facultades de Arquitectura de la UNPHU y la UCE; invitan al primer foro: “Accesibilidad e Inclusión Social de RD”.
Según explica la arquitecta se trata de un encuentro multidisciplinario cuyo objetivo es promover el diseño arquitectónico de espacios accesibles y la creación de servicios inclusivos para garantizar que las personas con discapacidad puedan vivir de forma plena e independiente.
La actividad se llevará a cabo el jueves 22 de febrero, en la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y contará con la presencia de diversos especialistas en torno a cuatro ejes: arquitectura y urbanismo; formación y empleo; transporte y ocio; y en cuarto, turismo. Será transmitida por “streaming” a través de www.pulsodigitalrd.com, para quienes tengan interés de formar parte de este diálogo.
Inversión a ganar. Si bien adaptar una ciudad a las personas con discapacidad supone cuantiosas inversiones, los beneficios van a ser disfrutados por todos los ciudadanos.
Las rampas en aceras y acceso a edificios permitirán una movilidad más sencilla a ancianos y a padres con carritos de bebé, por ejemplo. La señalización sonora o con imágenes sencillas permitirá a niños y ancianos ubicarse fácilmente. Los lugares públicos accesibles y adaptados permitirán una mayor riqueza social a todos los ciudadanos. Se trata de medidas sencillas que permiten que todos los habitantes de una ciudad puedan aportar y disfrutar de ella.
“Es posible adaptar la ciudad a todas las personas que habitan en ella y aunque sea costoso vale la pena, ya que impacta la vida de un gran número de personas”, explica Ozuna.