La amistad, acercamiento antropológico

La amistad, acercamiento antropológico

El 14 de febrero se ha convertido en la fecha en que se celebra “el amor y la amistad” en muchas sociedades. La mirada a la amistad desde un análisis sociocultural puede ofrecernos aristas significativas sobre el tejido social.

En la antropología social encontramos estudios que analizan la amistad desde distintas sociedades y grupos sociales. “La amistad es una construcción social y culturalmente modelada. El contenido y las formas de amistad cambian según el contexto estructural, cultural e histórico… La amistad parece caracterizarse por un tipo de reciprocidad. Los lazos de amistad se encuentran regulados por un sistema de obligaciones recíprocas y un conjunto de sanciones y restricciones reales o simbólicas no necesariamente explícitas¨. (Cuco Giner 1995:33).

En nuestra sociedad las relaciones de amistad están permeadas por dimensiones como las siguientes:
– Relaciones de género. En nuestra cultura social se enseña desde la niñez el

establecimiento de relaciones de amistad totalmente segregadas según el sexo con características y expresiones marcadas por la desigualdad de género.

– Estratificación social. En los distintos estratos sociales se presentan significados y patrones en las relaciones de amistad diferentes. La informalidad y espontaneidad en la construcción de relaciones de amistad tiene fuerte presencia en la cultura popular, las relaciones de amistad fluyen desde cualquier espacio de interrelación social sean comercios, espacios de recreación, autobús o carro público.

En los estratos medios y altos las relaciones de amistad construidas desde la informalidad están sancionadas. Las relaciones de amistad en los estratos medios y altos tienen más limitaciones y barreras socio-económicas y culturales que marcan su carácter y construcción en las que muchas veces se presentan estigmas y discriminaciones étnicas y sociales.

– Relaciones intergeneracionales. Otra pauta restrictiva en las relaciones de amistad aprendida culturalmente es la intergeneracional. Nuestra cultura social da permiso a relaciones de amistad con barreras marcadas por grupos de paresetarios, en la niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez. Cada etapa supone un círculo de amistad reducido a su generación, teniendo mucho más fuerza los grupos de pares para adolescentes. Las sanciones culturales a flujos de relaciones de amistad entre

generaciones están vinculadas a resistencias al cambio cultural que pueda generarse en ese flujo intergeneracional.

Las oportunidades y libertades que puedan tener las personas para construir relaciones de amistad están pautadas y limitadas por patrones culturales que se interiorizan desde la niñez en forma aparentemente “invisible”.

El desarrollo del internet y las redes sociales está generando cambios en las relaciones de amistad y en estas pautas culturales. Estos cambios aún están limitados por el acceso a las tecnologías de información, marcados por las brechas sociales y digitales y la inequidad.

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