Durante y después de las votaciones del domingo, que los electores adornaron con su comportamiento ejemplar, se han producido en colegios electorales incidentes que desnaturalizan el civismo conque fue ejercido el voto. Gente que quiere forzar en favor de su causa un triunfo no otorgado por los votantes, o que pretende el desconocimiento del favor ganado por sus contrincantes, ha estado violentando el orden de tal manera, que en algunos recintos de votación ha sido necesario realizar el conteo con presencia militar.
La Junta Central Electoral (JCE), como autoridad organizadora y administradora del proceso, no puede permitir que grupos políticos la presionen de esa manera. No está facultada para modificar en modo alguno la voluntad expresada por los votantes sino que, por el contrario, debe garantizar que cada voto sea adjudicado a quien fue dirigido por el sufragante. Existen medios idóneos para las reclamaciones, a través de las impugnaciones en organismos competentes.
El país viene sepultando los fantasmas del fraude electoral. Nadie debe tratar ahora de traerlos por las greñas a un proceso que, con todos sus inconvenientes, ha sido definido como transparente y satisfactorio. Dejen trabajar a la JCE y guarden las inconformidades para hacerlas valer en las jurisdicciones propias para reclamos.

El misterio de los tres mil

Los trastornos en el conteo electoral han sido atribuidos en gran medida a la renuncia de unos tres mil técnicos, de la que dicen no tener constancia algunos miembros del Pleno de la JCE. El hecho de haber difundido la información de la alegada renuncia, pero no las circunstancias y sus detalles, ha generado inevitable suspicacia, sobre todo a partir de la conexión de esos técnicos con el conteo electrónico que, contra viento y marea, se quiso imponer sobre la voluntad de un grupo significativo de partidos que proponía conteo manual en adición.
El presidente de la JCE, Roberto Rosario Márquez, ha dicho que está reuniendo datos de los técnicos renunciantes para publicarlos. En lo que eso ocurre, esperaremos el esclarecimiento de las cosas. Las circunstancias, términos y compromisos de la contratación, deben formar parte del paquete.