La bacteria que ha quitado el sueño a productores de oliva

La bacteria que ha quitado el sueño a productores de oliva

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La Xylella fastidiosa es la bacteria que ha desatado todas las alarmas entre los agricultores y productores de aceite de oliva europeos por la severidad de sus ataques a las plantaciones de olivo.

Y también ha empezado a castigar el bolsillo de los consumidores, que como consecuencia de los daños que ha causado en Italia, en adición a la sequía que afecta a España, ha provocado un incremento de los precios, como resultado de una reducción de la oferta.

Según un trabajo publicado por el diario El Economista.es, En Italia ya ha arrasado con miles de olivos y se calcula que ha podido acabar con más de 20.000 hectáreas.
Ahora se teme que esta bacteria que ha viajado desde América hasta Italia termine llegando a España, algo que los expertos ven muy probable.

Según describe la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía en un informe, la Xylella fastidiosa es una bacteria con un enorme potencial patógeno sobre gran número de plantas. Provoca varias enfermedades de importancia económica, principalmente en cultivos leñosos como viñas, cítricos, diversos frutales de hueso, café y ornamentales.

Su principal área de distribución actual se restringe al continente americano. Sin embargo, recientemente se ha declarado una alarma sanitaria al detectarse por primera vez un foco en Europa que está afectando a olivos, almendros y adelfas en el sur de Italia.

El problema es que la solución no es fácil. Según Blanca Landa, «en América llevan más de 100 años intentando desarrollar sin éxito un producto que sea eficaz… Además, la erradicación solo es efectiva si se localiza en los primeros momentos de introducción y en zonas muy concretas, ya que una vez introducida y establecida en una zona, como es el caso del sur de Italia, la erradicación ya no es posible por la gran cantidad de árboles infectados». Parece que esta bacteria encuentra su hábitat idóneo en los olivos, lo que está beneficiando su propagación. En algunas zonas, la X. fastidiosa ha logrado extenderse con tal rapidez y fuerza que ya se ha dado su erradicación por imposible.

La bacteria invade el xilema (tejido leñoso de las plantas vasculares) de la planta hospedadora.

Algunos síntomas se corresponden con los típicos de estrés hídrico: marchitez o decaimiento generalizado y, en casos más agudos, la seca de hojas y ramas y finalmente la muerte de toda la planta.

En otros casos los síntomas se corresponden más con los provocados por ciertas deficiencias de minerales, como clorosis internervial o moteado en hojas.

En el foco detectado en Italia los olivos muestran sequedad de hojas, de ramas e incluso de árboles enteros.

Blanca Landa, investigadora del CSIC, explica que esta bacteria puede ser muy destructiva porque «es un organismo exótico para Europa y ha encontrado en el olivo un huésped ideal para multiplicarse».

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