Los residentes de los barrios la Ciénaga y Los Guandules, que serían beneficiados con el proyecto de urbanización Domingo Savio, están a la expectativa del ambicioso plan, sin embargo no albergan muchas esperanzas.
Moradores de los sectores a la rivera del río Ozama aseguran que desde los años del gobierno de Joaquín Balaguer, muchos han sido los intentos de desalojar a las familias que viven en esas zonas vulnerables y nada ha pasado.

Domingo Savio contempla desalojos y la reubicación de los moradores en las casas que serán construidas con el proyecto, también el pago para mudarse a otro sector. Pero muchos prefieren la última opción, según dicen, antes que ser trasladados a un residencial lejano como la Barquita y lleno de restricciones.
Desde que el presidente Danilo Medina anunciara con entusiasmo en su discurso de rendición de cuentas del pasado 27 de febrero, los residentes, ven que es poco lo que ha pasado.
A mediados de marzo se dijo que el mismo iniciaría en tres meses, por lo que esperan que así suceda.
Hasta el momento las casas fueron censadas y se les asignó un código a las que desaparecerían con el Nuevo Domingo Savio, para devolver al río el espacio tomado para residencias.
Pero la gente dice no saber que será con certeza lo que se hará con ellos, mientras se quejan de que no pueden hacer ningún arreglo a las viviendas donde están, teniendo que suspender sus planes de acomodarse.
Hasta el momento, según explica la señora Julia Berroa, lo único que han hecho es reunirse en varias ocasiones, donde se les han dado algunas instrucciones, pero dice no ver nada concreto.
Ella recordó el proyecto habitacional Las Caobas, del gobierno de Balaguer, que iniciaron los trabajos pero no continuaron, por eso sus esperanzas disminuyen.
“Aquí nadie sabe decir nada, la gente está nerviosa, porque no se sabe nada”, criticó Maribel Rojas, una de las censadas para desalojo.
Detalló que la última reunión hace casi un mes, se dijo que se reubicarían algunas familias pero no se les indicó cuando ni donde, lo que expresa les mantiene en la incertidumbre.
“Lo que tienen que hacer es arreglar el barrio y dejarnos aquí” prefiere la mujer, que dice tener 35 años en La Ciénaga.
Ver para creer. Eugenio Reyes, asesor de la Junta de Vecinos San Rafael de los Guandules, creerá en el proyecto cuando lo vea.
Explica que participa activamente en las reuniones y hasta el momento no tienen una fecha estimada para que inicien los trabajos del anhelado proyecto.
Con más de cuatro décadas en el sector es de los que prefiere tomar el dinero y comprar en otro lugar antes de ir al proyecto habitacional a donde serán mudados.
Este al igual que la señora Verónica González, que vive a unos escasos metros del río, de hacerse realidad el Nuevo Domingo Savio, teme al rigor al que son sometidos los residentes de la Nueva Barquita, que fueron trasladados a Sabana Perdida una zona muy distante a la que por años residieron.
Reyes asegura que como él, la mayoría prefiere dinero a cambio de las casas.