La corrupción política

La corrupción política

WILFREDO MORA
La reacción de la sociedad frente a la corrupción política debemos poder situarla en un nivel pasional, no racional. Aunque atenta contra los ciudadanos más humildes, sin que importe mucho, ha pasado a convertirse en el crimen deliberadamente escogido por los hombres dotados de voluntad de poderío. Para nosotros, la corrupción política, es un problema sin datos reales, ya que se trata -como hemos dicho-, de un problema que se expone a la vista de las columnas de los periódicos, en las conversaciones de la gente indefensa.

La corrupción es un fenómeno que ha sido grandemente analizado en las dos funciones centrales del Estado: la administrativa, en la cual el análisis que hacemos de la corrupción lo apoyamos en enfoques organizacionales, de acuerdo a problemas económicos, encubrimientos de recursos distraídos a favor de pequeños grupos. Esta corrupción es estructural. En cuanto a la función jurisdiccional, es decir, la función de juzgar, existe como carencia de una forma de política pública y social (la pobreza, la falta de representatividad) y la administración de justicia ha terminado desentendiéndose de esta cuestión, y ya se habla de que la corrupción está más allá del derecho. Pero la corrupción política está definida por ser una forma de abuso del poder político. Nuestra corrupción política se realiza desde el poder, y nadie tiene duda del poder económico que detenta el político dominicano.

La corrupción política trae consigo un juego de percepciones; no debemos ser pesimista en relación a la guerra que han abierto los candidatos al inicio de la campaña electoral. Tenemos muchas reservas, sí, de que se reorienten los argumentos entre ellos, pero es la forma en que nos están diciendo que no tienen programas de gobierno, que carecen de perspectivas para el futuro.

La clase política no tiene capacidad de depurarse, ni de enmendarse, es por eso que nosotros los votantes debemos apelar a nuestro compromiso con este país, y dar una regia lección a quienes nos empujen a un «círculo vicioso» político que se espera termine el 16 de mayo. En realidad debería ser el comienzo.

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