La crisis alimentaría

La crisis alimentaría

Los recursos presupuestarios destinados  al Sector Agropecuario  han disminuido significativamente su participación en el total del gasto público de la última década al pasar de 7.4% de los gastos ejecutados por el Gobierno Central en 1999 a solo un 2.2% del presupuesto aprobado para el 2008. Esta pérdida de importancia presupuestaria del gasto publico en Agropecuaria y Pesca, junto a la ausencia de una estrategia orientada al fomento  de la investigación y el desarrollo tecnológico, son las principales causas de las limitaciones de este sector para garantizar a la población comida a precios aceptables, en un contexto en que el mundo vive una severa crisis alimentaria.

¿Qué importancia tiene la agropecuaria en el presupuesto?  Pese a que generalmente los políticos y los gobiernos le atribuyen programáticamente una prioridad de primer orden a la producción agropecuaria, las cifras de la ejecución presupuestaria revelan, que la importancia de este sector para la clase política y los gobernantes de turno, queda relegada a la retórica de los discursos de campaña y a la propaganda en los medios de comunicación.

Los datos y la realidad confirman una vertiginosa caída del gasto gubernamental en Agropecuaria y Pesca como proporción del gasto público total. Por ejemplo, en el 1998 el gobierno gastó en Agropecuaria y Pesca  2,723.2 millones pesos, que representaron el 7% del total ejecutado por el Gobierno Central en ese año. Para el 1999, las asignaciones presupuestarias al sector alcanzaron su mayor participación en el gasto público en los 10 años transcurridos entre 1998 y 2007, al  subir a 3,414.0 millones de pesos,  un 7.4% del total ejecutado  y un 0.9% del PIB. A partir del 2000, cuando se asignaron 2,883.5 millones de pesos para el Sector Agropecuario, su participación  en el gasto total del Gobierno Central, ha sufrido una reducción significativa. 

En tal sentido, en el 2001 el gobierno destinó un 5.4% de sus gastos para la agropecuaria, para el 2002 esta proporción se redujo al 5%, en el 2003, impactado por la crisis financiera  bajó a 3.6%, en el 2004  solo se le asigno un 3% del gasto público, produciéndose un ligero repunte  en el 2005 al aumentar a 3.2% su participación, para caer nuevamente en el 2006 y en el 2007 a 3 y 2.9% respectivamente. Profundizando en la misma dirección, en la Ley de Gastos Públicos para el ejercicio fiscal 2008, se aprobó un presupuesto de 6,732.3 millones de pesos para Agropecuaria y Pesca, lo que representa a penas el 2.2% del total presupuestado por el Gobierno Central.

El gasto real en Agropecuaria y Pesca
El gasto público real percápita en Agropecuaria y Pesca fue en el 2007 un 29.2% menos que en el 1999. En efecto, en el 2009 el gasto real percápita destinado a la producción agropecuaria fue de 384.2 pesos, valor que se redujo en el 2007 a solo 272.1 pesos. Esto quiere decir que hoy el gobierno gasta menos en  agropecuaria que hace nueve años. Para mantener hoy el nivel de gasto público real que tenia el sector en el 1999 el gobierno debió  asignarle   11,253.3 millones de pesos para el 2008, esto es, 4,521.0 millones más que lo aprobado en el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos.

Cómo se gastan los recursos destinados a la Agropecuaria
El presupuesto para Agropecuaria y Pesca aprobado para el ejercicio fiscal 2008 tiene un componente de gastos corrientes equivalente al 85.9% del total. Los gastos de consumo, compuestos por los servicios personales, servicios no personales y los materiales y suministros, abarcan el 31.5%, en tanto que para transferencias corrientes se destinan el 54.4% de los fondos. Estas transferencias a las instituciones descentralizadas del sector, se gastan igualmente en pagos de sueldos y en  otros bienes y gastos corrientes.

En el caso concreto de la Secretaria  de Agricultura, la principal entidad del Sector Agropecuario Público, su presupuesto para el 2008, ascendente a 2,843.2 millones de pesos está destinado en un 74.6% a gastos corrientes y el restante 25.4% para inversiones. Desde el punto de vista de los programas hacia los que se orientan los gastos del gobierno en Agropecuaria y Pesca, el presupuesto 2008 refleja la poca importancia de la  planeación, la  investigación y el desarrollo,  el fomento de la producción  y la asistencia técnica para el desarrollo del sector.

Para este año el Programa 01, Actividades Centrales, que abarca las actividades de dirección y coordinación, planificación y diseño de políticas y los servicios administrativos y financieros consumirán el  26.3% del presupuesto de la SEA, los Proyectos Centrales el 3%, al Programa de 11, Fomento de la Producción  se destinan el 56.3% de los recursos. Hay que recordar que una gran parte de los destinados a este Programa son sueldos y gastos de consumo. Para el Programa de Asistencia y Transferencia Tecnológica los fondos apropiados son solo el 8.1% y para Sanidad Animal, Asistencia Técnica y Fomento Pecuario se dispone del 6.2% del presupuesto.

En la actualidad las principales entidades con responsabilidad en la ejecución de las políticas públicas dirigidas al sector agropecuario tienen una plantilla de empleados ascendente a 13,819 personas. De estos, 8,628 pertenecen a la Secretaría de Agricultura y 3,201 al Instituto Agrario Dominicano y los 1,990 pertenecen a otras 4 dependencias.

La disminución del peso específico del gasto en Agropecuaria y Pesca dentro del gasto del gobierno, en un contexto de crisis alimentaria mundial y de repunte de los precios internacionales de la mayoría de bienes agrícolas, ponen en evidencia lo riesgoso y dañino para el crecimiento sostenido,  el desarrollo y la seguridad alimentaria que es el abandono de los sectores productivos y el confiarse ciegamente en la llamada economía de servicios.  En nuestro país la agricultura da trabajo al 15% de total de personas ocupadas en la economía, generando alrededor de 500 mil empleos.

Como bien lo destaca el informe sobre el desarrollo mundial 2008 del Banco Mundial, subtitulado “Agricultura para el desarrollo” y a propósito de la crisis alimentaria mundial;  hay que recordar a la clase política y a la burocracia que dirige el Estado dominicano que: “En el siglo XXI, la agricultura sigue siendo un instrumento fundamental para el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza”, que tres de cada cuatro personas pobres en los países como la República Dominicana viven en zonas rurales, dependiendo la mayoría de las actividades agrícolas, por lo cual es imperativo promover y apoyar la agricultura para contribuir efectivamente con el desarrollo humano y con el logro de las metas planteadas en los objetivos de desarrollo del milenio.

La cifra

2.9%

Del gasto total  invirtió el gobierno en el sector agropecuario, con lo que se refuerza una tendencia que se viene verificando en la última década, y que se hizo más enfática a partir del 2003, tras la crisis económica.

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