Bárbara Ward, economista británica dijo en una ocasión: “Toda sociedad en vía de desarrollo debe empezar a ahorrar, en algún momento, aun cuando siga siendo pobre”, resaltando la importancia del ahorro para lograr el desarrollo económico en cualquier sociedad.
He querido iniciar compartiendo esta frase, pues la considero atinada, para hablarles sobre lo importante que resulta crear una cultura de ahorro personal, empresarial y como país.
El concepto económico-financiero de ahorro lo define como “la parte de nuestros ingresos no destinada al consumo y pago de deudas”.
Es esa reserva que hacemos para futuro. Es postergar el placer inmediato por una gratificación diferida. Las teorías financieras nos dicen que debemos destinar el 10% de nuestros ingresos disponibles para ahorrar. En eso estamos de acuerdo. Pero agrego algo más.
No solo debemos enfocarnos en destinar ese 10% para fines de ahorro. Debemos analizar nuestra situación financiera (si somos nuevos profesionales, en vía de matrimonio, etc) para en realidad saber si podemos destinar más recursos al ahorro o no. El enfoque real es crear una cultura de ahorro.
Y un punto importante a resaltar, es que no solo debemos ver al ahorro como llevar dinero al banco, sino, como la administración efectiva de recursos, que al final de cuentas podemos optimizar y también repercutirán en el ahorro.
Para muchos ahorrar se contrapone con bienestar, pues consideran-de manera errada por desconocimiento-que el bienestar tiene que ver con desarrollar una cultura de consumo, que nos agota los recursos propios y aquellos que tomamos de otros (crédito) en muchas ocasiones para realizar alguna actividad que nos genere riquezas, pero desviamos su destino para consumir.
¿Cómo aprender a ahorrar? Para comenzar a crear una verdadera cultura del ahorro es importante ponerle nombre y apellido al ahorro (planificación, metas)
Nadie ahorra por el simple hecho de hacerlo. Debe sentirse motivado a hacerlo. Eso nos ayudará a comenzar a crear una relación sana con el dinero.
Tips para ahorrar. Empiece pequeño. Debe analizar su situación financiera para saber qué cantidad de dinero puede ahorrar cada mes.
Aumente sus niveles de ingresos y revise su comportamiento de gastos.
Disminuya o elimine gastos variables prescindibles (antojitos)
Considere su ahorro un “gasto”, así sentirá que ese dinero no puede contar con el.
Trabaje sus hábitos financieros.