La danza, madre de las artes Origen y trayectoria 1

La danza, madre de las artes Origen y  trayectoria 1

“La danza es la madre de las artes. La música y la poesía existen en el tiempo; la pintura y la escultura en el espacio. La danza vive en el tiempo y en el espacio. Los diseños rítmicos del movimiento, el sentido plástico del espacio, la representación animada de un mundo visto e imaginado, todo ello lo crea el hombre en su cuerpo por medio de la danza, antes de utilizar la sustancia, la piedra y la palabra, para destinarlas a la manifestación de sus experiencias interiores”. Curt Sachs.

Hace millones de años el hombre que conocemos hoy era apenas una propuesta. Su permanencia en aquellas desnudas planicies solo fue posible porque a pesar de su frágil estructura corporal, pudo ser capaz de adaptar su pensamiento y sortear los peligros a que se enfrentaba en su hábitat.

Fue esa fragilidad lo que a la postre le garantizó a la especie humana la posibilidad de sobrevivir, haciéndole buscar abrigo para protegerse de las inclemencias de la naturaleza, su cerebro había comenzado a diferenciarse de las otras especies por su capacidad para discernir. Esa misma capacidad le permitió a nuestros remotos antecesores, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, a observar las imágenes de las paredes de las cuevas, proyectadas por la luz del fuego recién descubierto, a partir de ese instante, comenzaron sus febriles intentos por imitar aquellos movimientos, representarse a sí mismo y recrear a sus dioses.

El hombre en su dilatado peregrinar ha conocido los más distintos universos, y desde el recóndito espacio interno donde vive su yo íntimo, ha sentido la necesidad de expresarse e interpretar las misteriosas fuerzas que lo unen a la naturaleza, pero lo que posibilitó que el hombre derribara los misterios que le circundaban, fue su capacidad para refundir sus más importantes instancias cognoscitivas, su capacidad para develar los códigos gestuales y sobre todo, la maravillosa aptitud para sincronizar su cuerpo a partir del movimiento y el ritmo.

La vida es esencialmente movimiento. Todos los instintos, sin necesidad de que medie la más elemental y breve reflexión, determinan acciones, actitudes. Antes de las palabras, solo meros vagidos y gritos cual las bestias, el hombre se comunica a través de la expresión. ¿Qué quería el hombre primitivo comunicar? Al igual que el hombre de hoy, sus emociones, alegrías, penas, temores, y su afán de superar la realidad circundante. Este anhelo lo llevó a crear una serie de artilugios, de movimientos corporales, a través de los cuales pudiera canalizar sus energías. Así de esa eterna búsqueda del hombre, de su necesidad primaria de expresarse e interpretar lo desconocido, la naturaleza y sus fuerzas insondables, NACE LA DANZA.

Los ritos y danzas mágicas desarrolladas por las primitivas tribus, son anteriores a cualquier templo erigido por la humanidad a sus dioses, y a los monumentos megalíticos, en el que el hombre primitivo revela su genio de arquitecto.
CONOCER AL HOMBRE A TRAVÉS DE LA DANZA.

Junto al hombre la danza va transformándose y al ser utilizada como medio de comunicación de casi todas las culturas, adquiere un valor más trascendente: El histórico.

A través de las diferentes danzas se nos permite conocer rasgos de nuestros antepasados, las particularidades de cada civilización y sus distintas formas de expresarse, ahí reside el valor histórico de la danza. El hombre como ser psicofísico convirtió la danza en rito, mito, símbolo y arte, trascendiendo en la danza esa dualidad a través del tiempo.

LA DANZA EN LA PREHISTORIA
Las pinturas realizadas por el hombre paleolítico en las rocas, hace milenios,

encontradas en lo que hoy es Francia y específicamente en los yacimientos de pinturas rupestre en las cuevas de El Cogul, en Lérida, España, son de las pocas informaciones que se tienen sobre la historia de la danza en el período paleolítico. En el Cogul, lugar de culto, aparece una escena donde mujeres pintadas en rojo y negro, bailan alrededor de una figura masculina desnuda, aparentemente expresión de un rito sexual. La información de que se dispone no es amplia, no se trata de una crónica, son apenas dibujos que permiten una interpretación definida.

SIMBOLISMO Y MITO EN LA DANZA

Todas las danzas y ritos prehistóricos están revestidos de un alto valor simbólico. El símbolo como instrumento del pensamiento, tan evocador como el lenguaje, logra expresar con un solo gesto o movimiento, lo que las palabras tardarían más tiempo en comunicar, pero cuando se habla de simbolismo en la danza, no se limita solo al gesto o el símbolo mímico, se trata de algo más, se refiere a la parte emocional sugerida con el movimiento corporal; adicional a la parte descriptiva a través de los artificios mímicos, la danza suele tener un substrato mítico evocador.

Revestido de fantasías el mito envuelve a la danza, y recrea en su abstracción la génesis del mundo, del hombre y sus conflictos, amor, odio, o simplemente una figuración metafórica de la vida. Los mitos suelen ser permanentes y universales. Según el mito griego, Prometeo robó el fuego y el conocimiento a los dioses y los entregó a los hombres, por lo que fue castigado y encadenado; para los pueblos del África central, el fuego fue robado para los hombres por el perro Cawanba y castigado a ser mudo. En la cultura de los Dogones, en Mali, el herrero roba la semilla del granero de los dioses para entregarla a la humanidad. Los ejemplos muestran como el mito es el mismo, con interpretaciones diferentes.

Infinidad de mitos han sido plasmados por todos los pueblos en sus danzas, con sus peculiariades cada uno, ante la manera de percibir la realidad. La Danza del Fuego con variantes en cuanto al mito, aparece en todas las culturas primitivas, pasando por todas las Edades de la historia y llegando hasta nuestros días, es un ejemplo de danza ritual que permite acercarnos al modo de ser de cada pueblo a través de los tiempos. En cada mito no solo hay fantasía, hay siempre en el fondo algún hecho real.

LA DANZA COMO ARTE

“Las danzas en la Edad de Piedra se convierten en obras de arte; y a principio de la Edad del Metal, la leyenda se apodera de la danza y la eleva a la dignidad dramática; la historia de la danza creativa se ubica en la prehistoria” Curt Sachs.

Ninguna actividad pudo superar la importancia de la danza en la vida de los pueblos primitivos y de las civilizaciones antiguas. Ya en la prehistoria la danza se había convertido en lo que es hoy, objeto de deleite artístico y placer social; acompañada de tambores, estas danzas provocan paroxismos colectivos donde se desafía la muerte. El bailarín se convierte en un ser respetado, poseído de poderes, así lo ve el espectador que observa un objeto o fenómeno desconocido sin comprenderlo, el danzante o bailarín es capaz de dar respuesta a su curiosidad, mediante sus artilugios de danza, cuyo elemento fundamental es la máscara, recurso que convierte a la danza en drama.
El bailarín se convierte en una especie de médium que se apodera del espíritu de los seres y las cosas. El espectáculo va convirtiéndose en parte de la vida de aquellas comunidades primitivas; la magia la hechicería, los sacrificios, las religiones, cobran importancia vital en esa etapa de la evolución, en la que la danza se convierte en arte esencial y natural, con valor universal y simbólico…

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