La deflación: problema estructural

La deflación: problema estructural

De los Servicios de Hoy. Ethan Harris, codirector de investigación económica de Bank of America, afirma que los bancos centrales solo están viendo lo que quieren ver al culpar a las fuerzas temporales y a las domésticas de la baja inflación en sus países.

Pero esta visión ignora otras influencias más globales y duraderas que van desde la débil demanda mundial a una mayor competencia de los mercados emergentes.

Y eso sin olvidarse del bajo coste laboral de las naciones en desarrollo, del enfriamiento de los precios de las materias primas o los grandes descubrimientos tecnológicos.

«Hay demasiados lugares en el mundo donde está habiendo una inflación por debajo de lo previsto como para calificar esto de transitorio», añade Allen Sinai, consejero delegado de la consultora Decision Economics.

Casi dos tercios de las 121 economías que analiza Bloomberg están teniendo una subida de precios menor que hace un año, con muchas de ellas por debajo de sus objetivos. La inflación global fue solo del 2% en febrero, el nivel más bajo desde 2009, cuando el mundo estaba luchando contra la recesión.

El riesgo de deflación es real. Aunque la caída de los precios puede ser buena para los consumidores, la desinflación hace más difícil devolver las deudas y que las empresas mejoren sus beneficios, señala una publicación de El Economista.

Agrega que el gran peligro llega cuando la desinflación se convierte en deflación, ya que esta lleva a los consumidores a aplazar sus compras a la espera de precios aún más bajos.

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