La música ocupa e invade nuestra vida cotidiana, constituyendo un elemento altamente socializador y cohesionador de las sociedades en las que tiene un componente lúdico y profesional”. (ISSN 0213-8464, 2005).

“Se ha demostrado suficientemente que la música desarrolla la atención, la concentración, la memoria, la tolerancia, el autocontrol, la sensibilidad; que favorece el aprendizaje de las lenguas, de las matemáticas, de la historia, de los valores estéticos y sociales, y que contribuye al desarrollo intelectual, afectivo, interpersonal, psicomotor, físico y neurológico. Investigaciones recientes, realizadas en los Países Nórdicos y en el mundo anglosajón, han seguido los pasos del modelo húngaro, llegando a las mismas conclusiones sobre los espectaculares efectos educativos de la música”. (IBIDEM).

La educación musical es una disciplina fundamental en la educación de niños, niñas y adolescentes porque desarrolla su sensibilidad, autoestima y fortalece su identidad cultural. Estos rasgos son fundamentales en la formación de una cultura de paz tan necesaria en nuestra sociedad.

“Niños, adolescentes o jóvenes que cantan, tocan o danzan con sus compañeros, aprenden a escucharse y a sentirse a sí mismos, tanto como a los demás, lo que desarrolla en ellos de forma casi autónoma la valoración del grupo como actor, y el respeto a todos los compañeros en la tarea que les es común”. (IBIDEM).

La música es una de las disciplinas que ofrece la plataforma para una educación en valores hacia la promoción de la armonía, la sensibilidad social, respeto a la naturaleza y la cohesión social.

La educación musical es más que una clase de música aislada o un coro que se forma solo para ciertos “eventos” y “actos”. La educación musical supone un proceso educativo en el que niños, niñas y adolescentes se forman desde edades tempranas escuchando, tocando, percutiendo y creando música con su cuerpo, su voz e instrumentos musicales. La educación musical ofrece la oportunidad de hacer música en grupo, aprendiendo a compartir y socializar en forma horizontal.

La integración de la educación musical en nuestro currículo educativo como disciplina prioritaria en todos los niveles (inicial, básica y media) es urgente. No se enseña educación musical en nuestras escuelas y liceos públicos lo que se refleja en la ausencia de bandas y coros. Estas deberían ser agrupaciones fundamentales en todos los centros educativos del sector público y privado.

Ofrecer educación musical no significa mutilarla e invisibilizarla dentro de la “educación artística” que se imparte con muchas precariedades y deficiencias en muchos centros educativos. La educación musical debe ser una prioridad en la reforma educativa.