Entrevista al Vicepresidente Ejecutivo de la Càmara de Comercio y Producciòn de Santo Domingo señor Fernando Ferràn Brù, en la redacciòn del periòdico Hoy. Hoy/ Napoleòn Marte 06/03/2014
Para mitigar cualquier rastro de ineficiencia e ineptitud del sistema de educación superior dominicana es necesario implementar un régimen que se centre en un cuerpo docente que tenga las más altas calificaciones, esté contratado a tiempo completo y sea capaz de investigar y generar nuevos conocimientos.
Así lo sostiene el investigador Fernando Ferrán en el informe “Educación superior dominicana: tendencias y desafíos”, un estudio que establece que la educación superior dominicana está retenida en el pasado: “no enfrenta corresponsablemente la superación de los desafíos del presente”.
Ferrán, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales José Luis Alemán de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), sostiene que a causa de ello el sistema no hace más que cercenar la imaginación, la creatividad y la capacidad para resolver problemas que debería tener el estudiante.
Y es que, indica Ferrán, uno de los principales retos del sistema es enseñar al estudiantado a entender y analizar de manera objetiva y lógica lo que estudian. Así podrán deducir, concluir y juzgar con propiedad lo que saben y hacen.
En ese sentido, Ferrán lamenta que las instituciones de educación superior están más pendientes de los asuntos administrativos y financieros que de lo académico.
Afirma que la educación superior dominicana, con sus 51 centros y más de 450 mil estudiantes, continúa a la baja en términos de eficiencia y calidad.
Su bajo rendimiento, insiste, se debe a la trasmisión de conocimientos del pasado que tienen un valor cuestionable de cara al futuro del mercado laboral. A esto, además, se suma una insuficiente inversión económica.
Desafío. Ferrán sostiene que se deben reconciliar las figuras del profesor y del estudiante: la del docente como eje central de cada institución de educación superior y la de los alumnos que ya no pueden ni deben ser vistos como meros receptáculos huecos y vacíos que deben ir llenando hasta que queden “listos”, “preparados” para saltar a la siguiente etapa en el mercado laboral.
De esta manera quedará atrás la situación de facto en la que se desenvolvían en el nivel básico: copiar, repetir y memorizar lo que hay que estudiar. “Al menos quedarán en la antesala del nivel ideal o utópico que consiste en llegar a cuestionar, explicar y renovar lo que ya se domina y entiende, de manera a inducir por fin nuevas evidencias y corregir lo que se les enseña y ya saben”, afirma Ferrán.
Matrícula. Entre 1993 y 2002 el país pasó de una matrícula en la educación superior de 108,335 a 286,134 estudiantes, mientras que de principios de la década de 1990 al 2017 la tasa de cobertura se incrementó de un 10% a 60.58%, lo que está por encima del promedio latinoamericano (50%) y del mundo (38%).
Inversión. El sistema tiene un gasto/inversión promedio de 0.4% anual del Producto Interno Bruto, que pasó de RD$19,528 en 2013, a RD$24,314 en 2017. A una tasa de RD$50/US$1, la inversión por estudiante es de poco menos de US$500.
1. Los egresados
En términos del perfil del egresado, resalta el bajo nivel del índice de capital humano de la República Dominicana: 0.49%. Esto significa que “en promedio, un niño dominicano que nace hoy logrará solo el 49% de su potencial de productividad” (Oppenheimer).
2. El profesorado
Hay 20,291 profesores universitarios. De ese total del claustro profesoral, el 10% está contratado a tiempo completo, un 3.94% posee doctorado y solo un 3.1% (618) de ellos desarrollan actividades de investigación. (Oppenheimer).
3. Mal posicionamiento
Ninguna institución de educación superior dominicana aparece en las posiciones cimeras de los rankings internacionales.