El “Síndrome de Parkinson” sabemos que es una enfermedad neurodegenerativa cerebral, superada en número solo por el Alzheimer. Dicha enfermedad se inicia generalmente después de los 50 o 60 años, no obstante, hay alrededor de un 25% que se diagnostica antes de los 50 años. Su prevalencia oscila entre los 100 a 200 casos por cada 100,000 habitantes, por lo que asumimos que son miles los pacientes afectados de esta enfermedad en el país. Sus manifestaciones clínicas son principalmente motoras como: lentitud, falta de expresión, rigidez muscular, temblor en reposo, “contar monedas”. La última actividad científica del 2016 de la Sociedad de Neurología y Neurocirugía fue un simposio sobre las Alteraciones del Movimiento y el Parkinson.
En la oportunidad quedó conformado el Capítulo Dominicano de la Sociedad Internacional de Parkinson y Trastornos del Movimiento, integrado por los Doctores: Julián Sued, Marcia Castillo, Awilda Candelario, José Silié Ramírez, José Orlando Bidó, Gisela Llorente y un servidor. Fuimos juramentados por el Dr. Jorge Juncos, Profesor de Neurología la Universidad de Emory en Atlanta, quien preside el capítulo Panamericano de esta sociedad de neurocientistas interesados en las enfermedades del movimiento. En el momento recordé que con el Dr. Sued, hace 15 años en Barcelona, España, fuimos elegidos representantes de dicha institución internacional para el país y juramentados ante la Sociedad Mundial por el neurólogo español Dr. Eduardo Tolosa, a la sazón Presidente de la entidad mundial del Parkinson.
El Parkinson fue enfocado en el simposio en su modernidad, en una muy ilustrativa charla por la Dra. Marcia Castillo, inteligente neuróloga que preside la Asociación Dominicana de Parkinson. Sabemos que la enfermedad es una transformación degenerativa de las neuronas cerebrales, alterándose el uso de la Dopamina en los llamados ganglios basales. Estos son unas “avellanas” de sustancia gris en la profundidad de nuestros cerebros. Hizo referencias a que tenemos que redefinir la enfermedad de Parkinson, en los aspectos concernientes a lo de ser degenerativa, a la Pars Densa donde ataca, la hiposmia (disminución de la olfacción) como signo cardinal pre-motor y en los errores en el diagnóstico como una “enfermedad incipiente” cuando ya da los síntomas visibles.
Señaló la Dra. Castillo que la enfermedad tiene una base genética, pero que en muchos casos, como si fuera una “infección”, viajan proteínas anormales (alfa-sinucleinas) desde áreas distales como los intestinos, el estómago e incluso desde la nariz, saltando de neurona a neurona hasta llegar al cerebro. Por eso pueden presentarse alteraciones en otras áreas mucho más tempranas que las del propio cerebro, por ejemplo: problemas digestivos (constipación), de la vejiga urinaria, olfacción disminuida, pueden estar presentes desde 20 años antes de que se manifiesten los síntomas característicos del Parkinson, arriba mencionados. Se pueden presentar también desórdenes del sueño, pérdida de peso, dolores inespecíficos no reumáticos y depresión, pudiendo ser parte de este complejo síndrome, que antes lo circunscribíamos únicamente al cerebro y hacíamos el diagnóstico muy tardío solo cuando ya empezaban las manifestaciones de rigidez, tremor y aquinesia. Continuando en su evolución la enfermedad en un igual período de unos 20 años más de progreso puede derivar en: hacerse bilaterales los temblores, dificultad para caminar, caídas, dependencia física, trastornos cognitivos, hasta encamarse invalidado, pudiendo terminar el paciente con demencia. En su conferencia, el Dr. Juncos enfatizó que era de vital importancia el diagnóstico temprano y que se debían usar sin temor las dosis recomendadas de las medicinas para tratar la enfermedad desde el principio. La doctora Awilda Candelario hizo una completa revisión de la serie de síndromes degenerativos que pueden confundirse con el Parkinson. El Dr. Orlando Bidó hizo un sumario de las experiencias de la cirugía para el Parkinson en el país. La Dra. Gisela Llorente, por su parte, se refirió a los delirios y las anestesias. En otro orden, el Dr. Julián Sued nos habló de lo actualizado del tratamiento y de los subterfugios en dosis y medicamentos que debemos usar los neurólogos en bien de los pacientes, reconociendo que es una enfermedad de muy complejo manejo. ¡A observar los síntomas!